En estado de alerta constante ha estado viviendo gran parte de la población en Chile el último mes debido al contexto de crisis y conflicto social que se vive a lo largo y ancho del territorio, que han gatillado un escenario de incertidumbre. En efecto, muchos experimentan angustia, temor y tensión; sensaciones que se asocian al aumento de los niveles de estrés, que incluso puede volverse patológico y se asocia a manifestaciones emocionales, cognitivas y físicas que pueden llegar a interferir y hasta impedir las actividades cotidianas, el desenvolvimiento, las relaciones y el bienestar integral.
De hecho, según una encuesta de Laborum.com a 1.476 personas, 81,4%, asegura que los últimos incidentes han afectado su estado de ánimo, 19,9% dice no conciliar el sueño y 51,8% señala estar más nervioso, irritable y sensible.
Y peor puede ser el panorama si se considera que es común que aumente la presión, ansiedad y sentimiento de agobio en esta etapa del año, la recta final, producto del cansancio físico y mental acumulado, y la urgencia por cumplir distintas metas o responsabilidades propias al periodo.
ESTAR ACTIVO
Ante esto, los expertos llaman a prevenir los impactos en la salud y calidad de vida a partir de acciones que contribuyan a disminuir los niveles de estrés.
La práctica de actividad física es una forma de abordar tempranamente los signos de estrés, pues "realizar cualquier tipo de ejercicio hará que la persona se sienta bien y se distraiga -por algún momento- de las preocupaciones", afirma Alejandra Aeloiza, académica de Licenciatura en Ciencias de la Actividad Física de Universidad de Las Américas.
La razón, explica, es que "al mantenernos activos aumentan los niveles de endorfinas; hormonas que se asocian a estados de ánimo positivos", relevando que por ello "es muy importante que la actividad que se realice sea algo agradable para la persona que la practica, pues así será más fácil aumentar el nivel físico y reducir el estrés".
Al respecto, Aeloiza hace énfasis en que para estar activo no hace falta ir a un gimnasio ni contratar un entrenador personal: basta con ocupar un espacio cómodo del hogar o aprovechar el aire libre.
Al respecto, pensando en quienes normalmente no hacen actividad física o para que quienes practican renueven la actividad -lo que también alivia el estrés, sostiene-, cree que son buenas ideas caminar o buscar una instancia que permita a la persona conectarse consigo misma, realizar respiraciones para tener momentos de calma en un lugar tranquilo y realizar estiramientos y movimientos simples.
"Existen disciplinas que ayudan a las personas a mantenerse conectadas con ellas mismas, canalizando su energía hacia una mejora en su estado emocional", cuenta al respecto Juan Pablo Hinrichsen, socio co fundador de MuvPass, plataforma de servicios deportivos.
El yoga es una de las prácticas que resalta como favorable para manejar las emociones y sobrellevar el estrés, y añade que tiene variantes que pueden ser muy beneficiosas.
Una es "Kundalini yoga", que detalla que combina ejercicios, técnicas respiratorias, contracciones musculares, concentración mental y meditación, sonidos, y música para una integración armónica entre cuerpo, mente y espíritu. Entre sus efectos, cuenta que genera alegría, equilibra la personalidad y actúa en profundos niveles de la consciencia. "Yoga Booty Ballet" es otra práctica que aconseja, y que mezcla yoga, baile y meditación para potenciar el trabajo corporal y espiritual.
También menciona como favorable la danza afrolatinoamericana, que define como "una liberación energética que conecta con los ancestros y trae calma", pues afirma que sumerge al estado corporal, histórico y cultural de los ritmos afrodescendientes, comprendiendo el mestizaje triétnico (africano, indígena y europeo) del que se es parte como cultura latinoamericana.
DIETA Y SEROTONINA
La alimentación es otra arista que se debe considerar en su relación con el estrés y Elizabeth Luna, nutricionista de Sodexo Chile, Explica que esto tiene que ver con que las emociones pueden derivar en una desconexión de las señales psicológicas del hambre y saciedad, y alterar al apetito y la conducta alimentaria, pudiendo presentarse anorexia o falta de apetito, o ansiedad y comer compulsivamente, lo que en el largo plazo puede llevar al desarrollo de condiciones patológicas por déficit de nutrientes o por exceso, sobre todo si hay elección inadecuada de las comidas (ver recuadro).
Pero, lo importante, sostiene, es que "existen alimentos que aumentan los niveles de serotonina, sustancia química del cerebro que actúa como calmante del estrés. También hay alimentos que pueden reducir los niveles de cortisol y la adrenalina, hormonas del estrés que perjudican al cuerpo con el paso del tiempo".
Los que poseen altos niveles de triptófano son los primeros que recomienda para disminuir el estrés, pues estos aumentan los niveles de serotonina. "El triptófano lo podemos encontrar en: pavo, pollo y huevos", precisa la nutricionista. Añade que los hidratos de carbono complejos, como avena, pastas, pan y cereales integrales, también contribuyen a que el cerebro fabrique más serotonina, y la porción recomendada de es máximo 3/4 de taza.
Por último, Luna releva que para que el organismo pueda sintetizar serototina es fundamental "aportar a nuestra alimentación omega 3, el que encontramos en el pescado fresco (esto asegura la ingesta de ácidos grasos saludables); y magnesio y zinc, presentes en alimentos como el plátano, las nueces, legumbres y verduras como la espinaca (considerados antidepresivos naturales)".