Secciones

Ex integrante del TUC recuerda sus días y legado de la compañía

E-mail Compartir

Con un esforzado elenco formado por funcionarios, estudiantes y profesores, el TUC (Teatro de la Universidad de Concepción) se convirtió en un referente nacional, marcando un sello propio e innovando en la forma de hacer teatro. A 46 años de su cierre, la compañía teatral fundada en 1945 posee una historia imborrable.

Esta historia será recordada y reconocida el martes, contando con 19 actores y actrices que fueron parte del cuerpo teatral. Ellos recibirán un homenaje en el Salón Mural de la Casa del Arte UdeC, en el marco de la programación del "Encuentro de artes escénicas: del TUC al Fío Fío en el Centenario UdeC", que se llevará a cabo durante toda la semana. La instancia está organizada por la casa de estudios y la Seremi de las Culturas, Artes y Patrimonio.

Los ex integrantes de la compañía recibirán la Medalla Centenario y participarán en una conversación para repasar el legado del TUC en las artes escénicas hasta su cierre en 1973.

Durante la semana se transmitirán radioteatros, lecturas musicalizadas y conversatorios que buscan abrir un espacio de reflexión sobre la importancia del histórico elenco.

Los 19 homenajeados serán Delfina Guzmán, Gustavo Meza, Luis Alarcón, Hugo Medina, José Soza, Fernando Farías, Orieta Escámez, Jorge Gajardo, Alejandro Castillo, Elvira Santana, Berta Quiero, Lucy Neira, Enrique Giordano, Gloria Varela, Juan Arévalo, Norma Gómez, Gustavo Sáez, Mireya Mora y Shenda Román.

TIEMPOS MEMORABLES

Entre los homenajeados estará Gustavo Sáez (82), quien participó en la escuela de la compañía entre 1956 y 1958. Debutó en el rol de Tom en la obra "Té y simpatía" de Robert Anderson, guardando tiernas memorias de esa época. "Es un recuerdo agradable y un gran elemento en mi formación, el que me ha permitido desarrollar mi trabajo en el teatro. Fue una época memorable del teatro nacional", afirma el fundador de Teatro El Rostro en 1977.

El entonces actor rememora sus inicios en el TUC y las oportunidades que recibió. "Yo estaba en el grupo de la escuela y Roberto Navarrete (dramaturgo) fue quien me impulsó a seguir trabajando. Me llamaron a actuar junto a gente de la talla de Tennyson Ferrada, Jaime Vadell y Delfina Guzmán. Nombres que veía como ídolos", comenta.

Sáez añade que el grupo fue sumamente avalado en Santiago, donde destacaban que tenía un sello propio y penquista. "Nunca supe muy bien la definición de eso, pero existía un gran respeto por nuestro trabajo", explica.

El también periodista relata un hito importante de la historia del TUC en torno a la consagración nacional. "Para 'Población Esperanza' (1959) llegó a dirigir Pedro De La Barra, el primer director del Teatro de la U. de Chile. El entonces rector, David Stitchkin le ofreció quedarse y él accedió con la condición de profesionalizar la compañía. Muchos dejaron sus trabajos para dedicarse de lleno al teatro", recuerda.

Fue así como participó en muchos escenarios del país, además de presentarse en el Festival Internacional de Teatro Independiente en Montevideo, y en el Teatro San Telmo de Buenos Aires, recibiendo muy buenas críticas.

Con un gran recorrido, formando el Teatro Independiente Caracol (1960) y luego El Rostro, compañía vigente actualmente, Sáez indica la importancia de acercar las artes escénicas a la infancia. "En El Rostro hacemos obras infantiles, pues hay que acercar a los niños y hacerlos partícipes del teatro para trabajarlo a futuro", aconseja.

"Cuerpo fronterizo" es hoy un imperdible de la cartelera local

E-mail Compartir

Un montaje que merece más que las dos funciones programadas -jueves y viernes-, en el Teatro UdeC, "Cuerpo fronterizo" se expone hoy como uno de los imperdibles de nuestra cartelera artística.

Increíble fue verse envuelto y emocionarse con esta propuesta de Escénica en Movimiento, compañía que desde su fundación (2010) ha desarrollado un trabajo de calidad.

Está claro aquello de que las artes escénicas son expresiones vivas, latentes, dispuestas para que volvamos sobre temas y propuestas que no se agotan.

Ahí donde se anota "Cuerpo fronterizo", montaje que cruza la danza contemporánea, textos dramático/poéticos, música y cierta impronta del montaje y ritmo cinematográficos, para desplegar una obra que se torna en aquella "mirada diferente" que proponen sobre el proceso migratorio, bajo la dirección del coreógrafo español Chevi Muraday.

Cruzando esta narración con la música, en una parte del montaje interpretada en vivo por 11 músicos de la Orquesta Sinfónica, bajo la dirección de Sebastián Caamaño, lo que la numerosa audiencia disfrutó en la sala fue una certera reflexión sobre el sentir de aquellos que no son de ninguna parte, de ningún tiempo, ni espacio. De ningún lugar, aunque estén.

Seres, voces y latidos que se dejan ver en una tablet, en tiempos de multipantallas, o desde la prisión y soledad representada en las rejas de una jaula.

La danza, quebrada, cruzada, de maneras y trayectos físicos, es la base de un relato cuya lectura semántica resulta mágica. Sin la abstracción que esta forma alcanza algunas veces, lo de "Cuerpo fronterizo" es una amalgama de expresiones con sentido emotivo y estético. Ahí están Bárbara Bañados, Darwin Elso, Cristóbal Santa María, David Dinamarca y Juanita Paz Saavedra, todos impecables, conteniendo en cada paso y movimiento un notable sentir.

Apoyados por una simple y atmosférica iluminación, es el tránsito ideal para Gustavo Argandoña, contratenor que por ahí parece salido de una película de Peter Greenaway.