Evidencia científica avala los múltiples beneficios de las dietas vegetarianas
Cada 1 de octubre se celebra el Día Mundial del Vegetarianismo, marcando también el inicio a la Semana Vegetariana hasta el 7 de octubre. El gran objetivo de estas conmemoraciones de carácter internacional es crear consciencia y promover en la población el estilo de vida vegetariano, es decir aquel que excluye la carne y productos cárnicos de la dieta, principalmente con foco en el respeto a los derechos de los animales y el cuidado del planeta, y también con depurar el organismo al privilegiar el consumo de alimentos de origen vegetal.
Y lo cierto es que a los motivos éticos y morales que sustentan la decisión, acotada a la semana o en el largo plazo, también se añade lo que dice la evidencia científica.
Por un lado, si todas las personas dejan de comer carne, el calentamiento global podría reducirse de manera significativa, según un documento firmado por 107 expertos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas dado a conocer en los últimos meses, lo que tiene que ver con el impacto medioambiental de la producción de carnes, cuyo consumo el organismo ha llamado a evitar o reducir. Además, hay claros efectos positivos en la salud asociados al vegetarianismo, que incluye varios tipos de dietas que se clasifican según el nivel de exclusión de alimentos de origen animal, afirma la nutricionista Elizabeth Sánchez, académica de Nutrición y Dietética la Universidad San Sebastián de Concepción.
MÚLTIPLES BENEFICIOS
Cuenta que la evidencia científica asocia las dietas vegetarianas a una menor presión arterial comparada a las omnívoras. Esto, por un lado se explica porque es más abundante el aporte de potasio en las vegetarianas y otro factor es el menor riesgo de desarrollar obesidad, ya que los vegetarianos tendrían un menor índice de masa corporal que los omnívoros. Esto, explica, "debido a que su alimentación posee baja densidad energética, consumo aumentado de fibra y baja cantidad de grasas saturadas".
La nutricionista agrega que también se ha visto que los vegetarianos tienen menores concentraciones plasmáticas de colesterol, lo que contribuye a menor mortalidad por enfermedad cardiovascular isquémica. "La dieta ovo-lacto vegetariana (que incorpora huevo y lácteos) es eficaz en la reducción del colesterol LDL en hombres", apunta.
Por lo expuesto, un grupo que se podría ver muy favorecido por este tipo de alimentación es aquel que presenta riesgo cardiovascular.
Otro beneficio asociado a la alimentación vegetariana hallado en estudios científicos, añade Sánchez, es que "se relaciona con una reducción de la hemoglobina glicosilada (HbA1c) y de la glicemia. Esto se traduce en un mejor control en personas con diabetes tipo 2. Los mecanismos implicados en estos beneficios son el menor peso corporal, menor consumo de energía, disminución de la ingesta de grasa y una cantidad adecuada de hidratos de carbono en la alimentación, además, de que el consumo de fibra limita la absorción intestinal de glucosa, lo que disminuye la glicemia en sangre".
Pero, tampoco es menor saber que "un estudio mostró que los vegetarianos tuvieron una incidencia significativamente menor que los omnívoros en el riesgo de desarrollar cáncer", manifiesta la profesional, destacando, además que "un meta análisis y revisión sistemática mostró que la mortalidad por todas las causas en los vegetarianos fue un 9% menos que en los omnívoros".
EL PROBLEMA DEL DÉFICIT
Importante de considerar es que los beneficios reportados por el vegetarianismo son principalmente en adultos y Sánchez reconoce que existe el riesgo de presentar una carencia nutricional por la exclusión de alimentos de origen animal.
Desde allí, la nutricionista Valentina Inostroza, docente de Nutrición y Dietética de la Universidad Santo Tomás sede Concepción, asegura que cada nutriente cumple una función en el organismo, por lo que los déficit pueden afectar el estado de salud e incluso producir patologías o afectar el desarrollo en etapas como la infancia y adolescencia.
Define como un nutriente crítico a la vitamina B12, pues "está disponible en proteínas de origen animal, especialmente carnes" y su deficiencia afecta principalmente a los sistemas hematológico y nervioso, piel y membranas mucosas. Especifica que existe evidencia sobre el posible déficit de proteínas y de minerales como zinc y hierro.
ASESORÍA
La profesional enfatiza que es posible prevenir el riesgo de carencias y la base está en asegurar el aporte recomendado de energía y nutrientes. Esto tiene que ver con incluir la diversidad de grupos de alimentos de origen vegetal que existen, como frutas, verduras, leguminosas y cereales. Afirma que también es clave "considerar las mezclas de alimentos adecuadas para asegurar la biodisponibilidad de nutrientes", y tener técnicas culinarias correctas.
Por ejemplo, dice que hay que "hidratar las legumbres secas antes de cocinar y desechar el agua de hidratación, ya que contiene fitatos que actúan inhibiendo la absorción del hierro"; con el mismo fin recomienda "sustituir el consumo de té y café en las comidas por jugos altos en vitamina C (como de naranja)". También advierte que "los cereales tienden a ser pobres en lisina (aminoácido esencial) y las legumbres en metionina, y es fundamental la complementación proteica para generar una proteína de buen valor biológico: consumir legumbres siempre con un cereal (arroz, fideos o papa)".
Ahí el acento de Inostroza en lo primordial que es la guía de un profesional nutricionista, tanto en la transición hacia un estilo vegetariano como en su evaluación constante. Sobre esto, resalta que hay individuos que podrían requerir suplementación nutricional y más control, como niños y adolescentes. "Con un asesoramiento de un profesional capacitado es totalmente recomendable basar la alimentación principalmente en alimentos de origen vegetal y limitar el consumo de carnes y derivados", finaliza.