Es común que las personas suden cuando están nerviosas o se encuentren en situaciones de estrés. Lo mismo sucede mientras se realiza alguna actividad o ejercicio que suponga esfuerzo física. Para muchos puede ser incómodo y hasta poco estético, no obstante, como respuesta, se trata de un mecanismo normal del organismo y que todas las personas poseen.
Fernando Benavides, cirujano de Tórax de la Clínica Universitaria de Concepción, explica que "al elevarse la temperatura corporal, posicionándose por encima de lo normal, se activa la sudoración, una secreción líquida que trata de regular la temperatura y que es un mecanismo natural del organismo", desde lo que también destaca que la sudoración "además, cumple una función de eliminar toxinas, siendo regulado por el sistema nervioso autónomo simpático".
Sobre las zonas del cuerpo donde suele manifestarse la transpiración, que claro está es una función elemental del organismo, menciona a las axilas, las manos y los pies.
HÍPERHIDROSIS
EN LA CALIDAD DE VIDA
Pero, pese a su normalidad como mecanismo, esto se relaciona con ciertos parámetros, existiendo individuos en que éstos se sobrepasan producto de una alteración del sistema nervioso autónomo simpático, que funciona en exceso y provoca un sufren de sudoración en altos niveles. Es así que se configura una condición llamada "híperhidrosis", que, sobre todo, puede perjudicar la calidad de vida y bienestar de quienes la sufren, y que en muchos casos requerirá de la intervención de especialistas.
Esto, porque si bien es claro que las enfermedades siempre causan un deterioro en el estado de salud físico y también mental, que varía en magnitud dependiendo de la patología en curso, en los individuos que sufren de una sudoración patológica, la afección llega a perjudicar principalmente la autoestima, creando una constante preocupación y ansiedad social en las personas que la padecen.
Así, según lo que cuenta el cirujano Fernando Benavides, está claro que la sudoración excesiva o patológica es una afección que se presenta tanto en hombres como mujeres y desde su experiencia comenta que cuando las personas asisten a consultas por este motivo, suelen manifestar que la sudoración es de tal magnitud que se convierte en una condición permanente, que se da de forma cotidiana y es independientemente del clima, de la temperatura ambiental o de las situaciones a las que la persona esté sometida.
"Es muy común evidenciar que las personas, cuando sufren de excesiva sudoración dejen de realizar actividades de la vida cotidiana como saludar, tomar objetos, se niegan a tomar las manos y comienzan a utilizar guantes. La sudoración en las axilas produce que las personas coloquen más capas de vestimenta para que la hípersudoración no se note y algunas veces tienden a utilizar toallas protectoras íntimas dentro de la ropa en las axilas para absorber el exceso de sudor", comenta el médico.
DIVERSOS TRATAMIENTOS
Como patología, Benavides aclara que la sudoración excesiva tiene diferentes grados, siendo el profesional de la salud que está atendiendo quien se encarga de definir cuál es la severidad, intensidad y periodicidad de esta afección.
Y aclara que es dependiendo del diagnóstico la aplicación del tratamiento, pues existen distintos abordajes. Sin embargo, advierte que esto no asegura del todo que la afección desaparezca y hay medicamentos que poseen efectos colaterales.
Precisamente, el profesional afirma que "en los casos leves o moderados se realizan tratamientos no quirúrgicos, utilizando antisudorales especiales que se pueden aplicar en manos o axilas. También se aplica la utilización de electroterapia de bajo voltaje, que pretende obstruir los conductos de salida del sudor desde las glándulas sudoríparas".
Agrega que también existen las alternativas inyectables como bótox para la zona axilar, aunque es método tiene un efecto transitorio que puede oscilar entre los 2 a 6 meses.
LA CIRUGÍA
Es cuando se presentan pacientes que sufren de una patología que alcanzó un grado severo es que existe la posibilidad de aplicar una cirugía llamada "Simpatectomía". "Lo que se busca es resolver la alteración de la cadena simpática, que es la que se encarga de activar el mecanismo del sudor, la cual se ubica dentro del tórax, permitiendo cortar la comunicación entre los ganglios superiores para interrumpir el estímulo que va a las glándulas sudoríparas", detalla Benavides sobre el procedimiento.
A éste se sometió Nicole Cifuentes, nutricionista de 31 años que padece de rubor patológico facial con transpiración de cara, espalda y cráneo en situaciones de estrés. "La mayoría del tiempo me siento avergonzada de mi sudoración. No podía establecer relaciones sociales y decidí suspender mi carrera profesional", cuenta la joven.
Sobre la intervención, comenta que luego de 10 días de recuperación pudo volver a retomar el ritmo de trabajo, donde encontró que se suprimió exitosamente la sudoración excesiva que antes padecía.
No obstante el éxito de la nutricionista, y que evidentemente puede ser el caso de muchos pacientes, no todas las personas pueden optar por este procedimiento quirúrgico, sino sólo aquellos que no han logrado responder a los tratamientos no quirúrgicos, en los que se ve afectada su vida social y laboraL, deben ser sometidos a la operación. Además, el médico advierte que personas con patologías como hipertiroidismo, menopausia o tumores no son incluidos en la realización de la operación.