Congestión, rinorrea (secreción) y picazón nasal, estornudos, tos y a veces irritación de los ojos. Algo que une a estos síntomas es que son compartidos por resfríos y crisis de rinitis alérgicas. Por lo mismo, en la consulta de los médicos es frecuente que acudan pacientes preguntando por una condición cuando, en realidad, están frente a la otra.
Así lo asevera el otorrinolaringólogo Álvaro Valenzuela, jefe del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Las Higueras de Talcahuano y encargado de la especialidad en la Clínica Biobío de Concepción. "Muchos llegan consultando porque dicen que su hijo o el mismo paciente se resfría a cada rato, detallando cuadros de dos a tres días, que luego pasa y se repite, y así varias veces", cuenta. Pero, lo claro afirma, es que "uno se puede resfriar en el invierno una o dos veces, pero si son cinco o más no es un resfrío, sino que es una alergia que se está manifestando".
Junto con la frecuencia como aspecto diferenciador, el especialista añade que "un resfrío es un cuadro agudo inflamatorio causado por un virus que parte lento y es progresivo, es decir, el paciente se siente un poco mal y tras unas horas o de un día hacia otro comienzan síntomas como congestión y rinorrea nasal. Las crisis de alergia parten brusco: sales de la casa y hay un alérgeno como el plátano oriental y comienza de inmediato".
Comenta que otra distinción tiene que ver con que los resfríos habitualmente conllevan compromiso del estado general del cuerpo y se asocian a malestar y sensaciones como desgano e incluso fiebre, pero afirma que "en las crisis de alergia las personas pueden estar incómodas, con la nariz tapada y los ojos irritados, ocasionalmente podrían sentirse cansados por haber dormido mal a causa de la alergia, pero en términos generales las personas no se sienten mal".
A CUALQUIER EDAD
Conocer las diferencias de las condiciones es importante para tomar las medidas adecuadas, como ir a un especialista, sobre todo pensando en que resfríos y alergias requieren manejos distintos; mientras los primeros son cuadros agudos, las segundas están presentes a lo largo de la vida y se exacerban o manifiestan en ciertos periodos, como la primavera, por la mayor presencia de alérgenos en el ambiente producto del florecimiento de diversas plantas y el polen. Esto, incluso en adultos que antes no las habían experimentado.
Según explica Valenzuela, esto tiene que ver con que "todo tipo de alergias, tanto rinitis alérgica como las de piel o conjuntivitis alérgica, se puede expresar en cualquier edad de una persona. Lo más normal es que partan antes de los 10 años e incluso ahora se están viendo antes de los 3 años, pero pueden partir a los 20, 30 o 40 años", y aclara que en edades avanzadas las alergias tienden a disminuir por la reducción natural del funcionamiento del sistema inmune, que lleva a que el organismo no "sobre reaccione". "Por eso, las personas son menos alérgicas en la vejez que lo que fueron de jóvenes", apunta.
-Primero, porque para que algo dé alergia hay que estar expuesto al alérgeno. Por ejemplo, si alguien vivió toda su vida en Calama donde no hay plátano oriental y a los 40 años de edad se traslada a Concepción donde sí está el árbol, entonces la alergia se desarrolla a esa edad al exponerse.
Además, para desarrollar una alergia se necesita tener una dosis de aquello a lo que eres alérgico, entonces tiene que ver con cuánto te vas exponiendo. Así, hay quienes son muy sensibles y rápidamente desarrollan la alergia y otros que pese a que tienen los genes de la alergia la expresan de forma más tardía porque su organismo resiste más exposición.
-Si una persona sospecha que tiene -o su hijo- una alergia conviene que consulte. Lo principal es confirmar el diagnóstico, haciendo exámenes que permitan evaluar a qué y cuánto es alérgico, y así también aprender a manejarla. La mayoría de las personas alérgicas no requieren de un profesional que le esté diciendo mes a mes o cada seis meses cómo tratarse; la mayoría va al médico para tener las herramientas para hacer su tratamiento y si en alguna oportunidad hay algo que no mejora con las medidas habituales, entonces es necesario acudir de nuevo a la consulta de un médico.
-Desarrollar alergias tiene que ver principalmente con factores de riesgo familiares. Si se es hijo de dos padres que no son alérgicos, es poco probable ser alérgico. Si uno de los padres es alérgico hay cerca de 30% de probabilidades de serlo también y si los dos lo son esto aumenta aproximadamente al 60%.
-Si el niño no tiene manifestaciones de alergia no es necesario hacer evaluaciones ni exámenes como el test cutáneo (prueba en la que se deposita en la piel distintas gotas que contienen alérgenos). De hecho, éste se indica hacer después de los 4 años y medio de edad, porque antes tiene poca validez. En niños pequeños muy alérgicos podría probarse con el examen, pero creo que no corresponde hacer este tipo de pruebas a los niños sólo para saber, con ellos hay que tratar de ser lo menos invasivo posible.