La editorial que ha puesto el nombre de Tomé en el mundo
El detonante de Al Aire Libro fue un dato, cuenta Darwin Rodríguez, director de la editorial tomecina fundada en febrero de 2009.
El encargado cuenta que le dio mucha "pena" enterarse que el año anterior se publicaron 4462 libros. "De ellos, nuestra Región editó apenas 110, es decir el 2.47 %, según datos de la Cámara Chilena de Libro", señala el editor, convencido en ese momento de que tenía que hacer algo. Y más, cuando se vio enfrentado a otro dato: de 110 editoriales contadas en 2009, solo tres eran del Biobío.
Una década después las cifras son bastante más auspiciosas localmente, contándose con alrededor de 20 editoriales independientes.
Una es Al Aire Libro Editores, la cual desde la partida se propuso revertir el proceso. "En estos 10 años hemos publicado a más de 170 autores-obras", refiere Rodríguez, palabras que apuntan a poetas liceanos de Tomé, Quilleco, académicos universitarios, veterinarios, homeópatas, periodistas, premios municipales y regionales de arte.
"Consagrados como emergentes. Feministas, marinos patriotas, textos evangélicos y masones", añade el encargado sobre el variopinto catálogo editorial.
Actualmente, cuenta con un grupo de trabajo permanente de ocho personas, que realizan distintas labores del proceso: curatoría, corrección de pruebas, diseño, dirección de arte y producción, para un total de 10 títulos al año, con un tiraje de 200 copias cada uno.
SUMAR UN CONCURSO
Es éste el equipo que decidió ampliar el campo de mirada, generando el concurso literario Premio Alfonso Alcalde. La convocatoria para la primera versión la lanzaron el 10 de mayo, recibiendo hasta el 26 de julio, una cantidad superior a las 150 obras.
Una cantidad importante, más si llegaron de 15 países. Además de Chile, llegaron trabajos desde Argentina, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, España, Estados Unidos, Francia, Guatemala, Israel, México, Paraguay, Santo Domingo y Venezuela.
- La editorial es parte de una tradición cultural tomecina. Por tanto, contiene en sus genes los trabajos y los días de muchas generaciones tomecinas y de entomecinados. Así, luego de 10 años de actividad formal y sistemática de Al Aire Libro, quienes trabajamos en ella, acumulamos sueños amplios, profundos y futuros. Y como la construcción de un totem, aportamos a los espíritus de quienes lo han venido tallando en el corazón de la Galaxia (referencia al Tomé de Alfonso Alcalde).
- Que el premio que inauguramos este año lleve su nombre, no es un acto de reivindicación de su vida y obra, porque es falso que Alfonso Alcalde sea un artista desconocido. Es, justamente, por ser conocido.
- Desde hace años somos parte de la convocatoria Balmaceda-Al Aire Libro, para jóvenes creadores. En esta versión el hito llamado Premio es como en la obra de Alcalde, sin límites ni fronteras. Nos sorprende y no nos sorprende que sean 150 de 15 latitudes. Nos sorprende y no nos sorprende que sean tantos y tan pocos los que, como Alfonso, viven "con la línea de flotación bajo en nivel del agua".
LA AVENTURA IMPORTA
Más que el Alfonso Alcalde un concurso en torno a la narrativa o poesía, para Darwin Rodríguez lo importante es aventurarse.
"Este premio es un escenario para que ocurra lo inimaginable. No hay género definido de antemano. Buscamos facilitar el camino para la andanza de otros Alfonsos, en otras vidas, otros sueños (o los mismos, o ninguno). De alguna manera invitamos a desamarrar la vida, dejarla fluir, que peregrine, nazca y muera", comenta el director de Al Aire Libro
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- En la selección final de las obras elegibles y su derivación al jurado internacional (Juan Carlos Mestre en España, Ricardo Monserrat (Francia) y Luis Torres en Canadá. Los nacionales son Cristian Geisse y Damsi Figueroa).
- Creo que los más importante es romper los círculos del silencio de la institucionalidad respecto de los Alfonsos: relevar el silencio de los pobres dentro de los pobres, y no solo por su situación, injusta, de tales, sino porque son depositarios y custodios de los valores más sagrados. La solidaridad, sin aspavientos, para la supervivencia de la humanidad esencial.
- Hay un gran movimiento escritor, especialmente juvenil. Son varios los centros culturales que realizan lecturas y encuentros. Destaco que reivindican, precisamente eso, el encuentro, que permite el intercambio de ideas, proyectos y cariños. A diferencia de las organizaciones antiguas que han devenido en lecturas de individuos, que han ido perdiendo el sentido comunitario generoso.