Los resultados obtenidos por la Universidad del Bío-Bío (UBB) en el VIII Concurso Fondef VIU de la Comisión Nacional de Investigación Científica y Tecnológica (Conicyt) en segunda etapa la posicionan entre las tres mejores universidades chilenas en esta iniciativa. Y es que cuatro de los cinco proyectos presentados por distintos investigadores de la casa de estudios se adjudicaron el financiamiento, que corresponde a un monto de 24 millones de pesos para cada uno.
Los ganadores son Pablo Paegelow y Víctor Rioseco de la Facultad de Ingeniería; Javier Leiva de la Facultad de Ciencias de la Salud y de los Alimentos; y Cristofer Manzor de la Facultad de Arquitectura, Construcción y Diseño.
El éxito es valorado, debido a que el Programa Valorización de la Investigación en la Universidad, Fondef VIU, de Conicyt busca promover nuevos negocios basados en la investigación realizada en las casas de estudios nacionales, en las que participen de manera asociada alumnos de pre y postgrado, profesores e investigadores. Así, los proyectos que se postulan y el desarrollo de estos permiten generar una rica relación colaborativa entre alumnos y academia, y también con las empresas con las que se forman alianzas para evidenciar el funcionamiento de las soluciones e innovaciones generadas. Por tanto, consolidan un círculo virtuoso entre la investigación, la transferencia tecnológica y el emprendimiento.
En relación a lo anterior, Solange Sepúlveda, ejecutiva de la Unidad de Emprendimiento de la de la Dirección de Innovación de la Vicerrectoría de Investigación y Postgrado de la UBB, desde donde lideran y orientan las postulaciones, destaca la trayectoria de la casa de estudios desde los inicios del concurso, pero sobre todo para el capital humano que da vida a los proyectos, precisando que "a la fecha se han visto beneficiados más de 60 alumnos de pre y postgrado en las distintas etapas, lo que nos llena de orgullo y de responsabilidad".
LOS PROYECTOS
Entre los proyectos ganadores en la segunda etapa del concurso está "Smart Shower Box" de Víctor Rioseco, ingeniero en Ejecución Eléctrica.
Cuenta que éste consiste en una ducha que posee un control automático inteligente que es capaz de mantener la temperatura que el usuario elija y que se mantiene por el tiempo que estime conveniente, quitando la preocupación de regular para que el agua salga más fría o caliente.
Reconoce que la solución es tan atractiva como innovadora, pero también que es muy difícil desarrollarla y dar pasos si faltan recursos, lo que define que es un problema que con certeza enfrentan muchos emprendedores e innovadores que tienen buenas ideas, pero no demasiadas opciones para darles vida, por lo que siente gran satisfacción por la adjudicación del financiamiento.
Además de la innovación que hay detrás de proyectos como el mencionado, su impacto o aplicación real al resolver problemáticas existen o contribuir a mejorar procesos es también un motivo que deriva en la adjudicación del financiamiento y que da más aliento a los investigadores en relación a la trascendencia de sus ideas y desarrollos.
En este sentido, Javier Leiva, doctorado de Ingeniería en Alimentos, cuenta que el objetivo de su proyecto consiste en el desarrollo de un alimento funcional que ayude a reducir en 25% la inflamación asociada tejidos blandos (músculos, tendones y ligamentos) que resulta de realizar actividad física en personas con sobrepeso y obesidad.
Sobre esto, junto con contribuir al desarrollo de la industria de alimentos funcionales en el país desde una universidad regional, otra meta clara es sustutir el uso de medicamentos que pueden provocar efectos adversos.
Por otra parte, aumentar la resistencia de los suelos naturales para permitir su uso es lo que busca la iniciativa del ingeniero civil Pablo Paegelow, lo que se busca lograr mediante la aplicación de polímero de sílice, agente químico que define como amigable con el medio ambiente. El proceso que se aplica, añade, deriva en que pasado un tiempo se endurezca de manera similar al cemento, pero sin serlo.
Justamente, al respecto afirma que "nuestra tecnología apunta a evitar el uso de hormigón como revestimiento de obras hidráulicas y taludes, aprovechando las cualidades que presentan los suelos naturales. Agrega que también es importante el hecho de que para la compactación de suelo, el método más usado hoy es la remoción de éste, traer suelos de cantera o ríos y compactarlo con mano de obra y releva que "apuntamos a evitar la remoción de suelos y utilizar el que se encuentra en el lugar, eliminando la extracción, transporte y el uso excesivo de maquinaria".
En su opinión, centrándose en la propia iniciativa que se adjudicó el financiamiento, pero que también puede demostrar lo que la obtención del dinero significa y demuestra para las iniciativas que postulan y se ven beneficiadas, tienen que ver con que evidencian que efectivamente es una innovación y que tiene valor y sentido, pues es de aplicación real. No es menor el hecho de que el financiamiento puede permitir seguir avanzando en los desarrollos, que en el caso de Paegelow proyecta que los recursos ayuden a segur investigando el uso de polímeros de sílice en el endurecimiento de suelos y la validación de dicha tecnología como nuevo material de construcción.