La neurodiversidad no es una enfermedad
Cada 18 de junio, se celebra en el mundo entero el "Día del Orgullo Autista", como una instancia para celebrar y a la vez reflexionar sobre la neurodiversidad, no catalogando a esta como una enfermedad si no como una condición diferente de procesar los estímulos que vienen del entorno.
El término "Trastornos del Espectro Autista" (TEA) comprende un conjunto heterogéneo de rasgos en el neurodesarrollo, caracterizados por la presencia de déficit en la comunicación e interacción social, patrones repetitivos o restringidos y por la hiper o hipo reactividad frente a estímulos sensoriales.
Desde hace algunos años se ha convertido en una condición bastante "connotada" en función al aumento significativo en su prevalencia, que hoy alcanza cifras de 1/68 niños. Detrás de esta condición encontramos adultos, adolescentes y niños que tienen el mismo objetivo que nosotros: ser felices. Muchas veces con competencias impresionantes, dignas de admirar, como memorizar elementos en un corto periodo de tiempo, saber mucho sobre algún tema en particular, desenvolverse con facilidad en aparatos tecnológicos etc. Todos tienen un talento, tan solo esperan el momento que se les dé la oportunidad de demostrarlo. Pero, ¿estamos dándoles esos espacios como sociedad?, ¿somos respetuosos y tolerantes con la diversidad?, ¿estamos preparados para compartir nuestro puesto de trabajo con una persona con TEA?, ¿estamos dispuestos a que nuestros hijos compartan el aula con un niño con TEA?
Lamentablemente nos falta aún. A diario escuchamos noticias de padres que se quejan por el WhatsApp del curso del compañero de su hija(a) que tiene TEA, o el profesor que ridiculiza frente a sus compañeros a un niño con esta condición o el colegio que cancela matrículas al enterarse del diagnóstico, en fin, así podría continuar un largo rato.
Hoy es diferente, hoy los invito a reflexionar y a celebrar lo maravillosos de ser distintos, lo maravilloso de compartir este mundo aceptando y respetando la neurodiversidad como una forma de validar que el cerebro humano y su funcionamiento neurocognitivo es variable en una misma especie, por lo cual es capaz de expresarse de diferentes maneras, ninguna mejor que la otra, solo que diferente.
Fonoaudióloga
Académica Universidad Andrés Bello