"Mis papás me han dicho que por allá está helado, que ha hecho frío y llueve mucho. ¿Acá? Ya comienza a entrar de a poco el verano". Desde la hermosa ciudad francesa de Lille, el tenista Felipe Escalona conversa con EL SUR y repasa lo que ha sido su apuesta, esa que lo hizo establecerse desde febrero en ese país (aún con tres meses más por delante), con el sacrificio que conlleva el estar lejos del propio país y de la familia. "Sí, se extraña. El estar con tus padres y disfrutar de un buen asado", comenta.
Pero para el tomecino de 20 años la experiencia no es nueva. Desde los 12, confiesa, está habituado a esa rutina de vida. "Uno se acostumbra a viajar más o menos solo. Es difícil, pero tampoco es para echarse a morir. ¿Si hablo francés? Ya me manejo un poco, aunque lo que sabía de inglés ya se me está olvidando. Igual se agradece hablar con alguien en español de vez en cuando", comenta entre risas.
En Francia ya estuvo el año pasado, siempre con el mismo objetivo: disputar la Liga Interclubes, una competencia habitual en Europa, muy practicada en Alemania, Bélgica y Francia, que permite a los tenistas ganar premios en dinero por partido representando a clubes de diferentes provincias.
"Mi estancia acá ha sido bastante movida porque las distancias son cortas y puedes pasar con facilidad de un torneo a otro, incluso jugando más de uno en la misma semana", sostiene. Ya ha ganado tres torneos (Tour Couin, Saint-Paul-Sur-Ternoise y La Raquette), además de otros en que ha logrado ser vicecampeón, como en Corbehem y Montigny, todas localidades que forman parte de un circuito cada vez más apetecido por aquellas raquetas que no tienen la oportunidad de ingresar a torneos Futuros y menos, a un Challenger.
"Tuve la posibilidad de ir a jugar un Interclubes a Bélgica, donde hay un muy buen nivel. Y es importante porque se abren puertas para generar contactos pensando en el próximo año. Por ejemplo, podría jugar en un club (Le Chalet), una alternativa para jugadores que no tienen mucho dinero y estan intentando, de alguna manera, sumar torneos para pensar en Futuros en Europa. Esa es mi intención. Pero como recién este es, entre comillas, mi primer año más en serio, tengo tiempo para agarrar nivel, mejorar mi clasificación y optar el próximo año a que me pueda contratar un club y me pague bien. Eso me permitiría viajar unos dos o tres meses jugando torneos Futuros".
TODO A LA MANO...
Felipe disputa torneos en el norte de Francia, en la región de Hauts-de-France (Alta Francia), una de las trece regiones de ese país y que tiene como capital Lille. "Todos los torneos me quedan máximo a 80 kilómetros de distancia y me muevo en auto o tren. Para el verano europeo quiero ir al sur de Francia para jugar más torneos en tierra (arcilla) ya que la mayoría son en cemento y bajo techo, por la lluvia. Y eso es más complicado. De hecho, por ahí tuve una molestia al tobillo que me dejó diez días parado, pero igual espero jugar este viernes (mañana) un torneo, aunque no al cien por ciento. Lo importante es volver a ponerme en ritmo".
Confiesa que ya está ansioso por volver a torneos Futuros, tal como cuando jugó dos en Chile (Viña y Santiago). Claro que en Europa la realidad es muy diferente a la sudamericana. "Acá uno se puede inscribir hasta en cuatro en forma simultánea en la misma semana, por ejemplo, en Italia, Francia, Alemania y Austria. Ahí esperas las listas de aceptación y le das prioridad a aquellos en los que hay más opción de entrar. Esa esa la gracia, porque hay una cantidad enorme de alternativas y todos en distancias geográficamente cortas. A diferencia de Chile, donde el gran problema es que tienes que tener un 'camión' de plata para jugar porque no te queda otra que ir a Brasil, Ecuador o Argentina. Y sale caro. Acá, por ejemplo, estoy a 40 minutos de Bruselas, donde hay hartos Futuros. Y si quiero ir a Holanda, estoy a tres horas".
APOYO
La raqueta tomecina vive en un departamento y todo se lo costea no sólo por los dineros que gana a través de los torneos, sino que, en gran parte, gracias al apoyo del Gobierno Regional (Gore Biobío) a través de los proyectos como deportista destacado. "Ha sido mi casi unico auspiciador desde mi etapa junior hasta ahora y me ha permitido desarrollarme como tenista. También el apoyo de mi primo (Miguel Angel Aguilera), fundamental a la hora de golpear puertas entre tanta burocracia. El ha sido incondicional", explica Felipe.
También comparte con un compatriota, Rodrigo Cárcamo. "Vive acá y trabaja en Dunlop. Me pasa raquetas y es como mi sponsor, me ayuda y me aconseja", añade.
online