La historia de Villa Futuro ha sido muy accidentada. Los problemas partieron para el terremoto, cuando los edificios quedaron dañados. Y ahora siguen con el traslado de los vecinos a sus nuevas viviendas y el consiguiente uso que se le dará a las siete torres que componen el conjunto habitacional y que poco a poco han ido quedando desocupadas, a medida que las 424 familias que lo componen se van retirando.
Los vecinos querían acelerar las cosas. Hablaron con el alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas. Bárbara Orrego, emblemática dirigente del sector y actualmente presidenta de la Junta de Vecinos, contó que están preocupados porque a medida que se van desocupando los departamentos va llegando gente.
El principal temor que tienen, dijo, es por la proliferación de drogas y de delincuencia.
El alcalde hizo gestiones que derivaron en una reunión con el ministro de Vivienda, Cristián Monckeberg, durante su paso por la Región.
"Fue una muy buena gestión de los dirigentes y el municipio, donde tuvimos un diálogo donde el ministro se enteró en detalle lo que significaría tener por casi un año una cantidad de departamentos desocupados a merced de cualquier delincuente. Por lo tanto, se sensibilizó, salió un compromiso y pudimos dilucidar los procedimientos que demoran este tipo de ejecución de demolición y además intervenir y anticipar", resumió el jefe comunal.
El ministro Monckeber contó que el principal acuerdo de la reunión, que se realizó en las oficinas de la Seremi de Vivienda en Concepción, consistió en fijar un plazo de 90 días para concretar la demolición de las torres de Villa Futuro.
"Creo que se puede hacer y le vamos a poner empeño", aseguró.
El alcalde Rivas sumó que también se coordinaron con la gobernación para que se gestione el acompañamiento de Carabineros durante el proceso de desalojo de las familias allegadas.
Problemas
Bárbara Orrego, presidenta de la junta de vecinos Villa Futuro, indicó que con mucho miedo veían lo que está pasando en el sector. Cada vez que una familia se traslada a su nuevo hogar, otras personas que no son del sector se instalan en el espacio deshabitado.
"La demolición se veía a largo plazo y era insostenible tener los departamentos ahí por muchos meses. Ya hemos conseguido acuerdos de bajar los tiempos para poder demoler rápidamente los departamentos que ya están desocupados", destacó la dirigenta.
Añadió que a la preocupación por el foco de delincuencia y la drogadicción se suma la oscuridad que se ve en el block. "Eso nos apremia sacar los decretos para demoler las siete torres que tenemos en proceso de desocupación", agregó.
El ministro de Vivienda explicó que la traba está en los procedimientos en la tramitación de permisos y documentos de otras reparticiones públicas, pues "el financiamiento está y la decisión política también".
Futuro
El alcalde de Chiguayante, Antonio Rivas, indicó que aprovecharon de pedirle al ministro que analice la situación del terreno donde se emplaza actualmente Villa Futuro.
Recordó que los edificios le pertenecen al Serviu y que ellos no sólo deben hacerse cargo de demolerlos -ojalá de manera gradual-, sino ver el uso que se le dará al paño chiguayantino.
"Creo que estamos viendo una construcción de poco más de 300 departamentos allí. En conversación con los dirigentes, en una comuna con territorio tan reducido, sería positivo que tengamos a los vecinos de Chiguayante en un proyecto de renovación urbana y esto significa que nuestros vecinos sin vivienda serán los priorizados en un próximo proyecto", cerró.