Calor y otros fenómenos del clima preocupan a expertos
El norte sufre por las inundaciones del "invierno boliviano" y el sur soporta temperaturas extremas que baten récords.
Ese es el panorama que presenta hoy nuestro país, todo gracias a los efectos que provoca el calentamiento global.
Las marejadas, los tornados, la escasez hídrica, el frío extrema en algunos lugares y el calor sofocante en otros, son síntomas del cambio climático que azotan al mundo entero.
Para Ricardo Barra Ríos, decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la Universidad de Concepción, está sintomática no es más que una consecuencia de la acción del hombre.
El pasado sábado 4 de febrero, el Aeródromo Manquehue de Temuco registró la segunda máxima más alta en 107 años de registros, con 40,7°, quedando a solo dos grados del histórico récord de febrero de 1953, cuando el termómetro alcanzó los 42°.
Olas de calor
Mientras el norte del país sufre los estragos del llamado "invierno boliviano", el sur batió absolutamente todos los récords de temperatura.
Valdivia, por ejemplo, alcanzó el pasado sábado y domingo, 38,5° superando así su récord de 2005 (35,8°).
En Osorno, los termómetros llegaron a los 36,5°, es decir, 0,4° más que el registro histórico anterior de 1975.
En el caso de Puerto Montt, se alcanzó un récord que databa del mismo año, con los 35° del fin de semana; más al sur en Balmaceda y Puerto Aysén, registraron las temperaturas más altas se su historia con 33,9° y 35,3°, respectivamente.
Incluso, en Puerto Natales, los termómetros registraron 29,2°, superando así el récord de 2009 (28,6°).
Sin embargo, el caso más destacado fue el de Bulnes, en la Región de Ñuble. Según datos de la red Agroclima (FDF e Inia), el sábado 2 de febrero la comuna registró 44,6°.
"El cambio del clima es un proceso natural, siempre ha cambiado. Lo que observamos ahora es la aparición de eventos como olas de calor de frío, que se manifiestan con una intensidad que antes no habíamos visto. Están ocurriendo dos fenómenos. El primero, es la reducción de las lluvias, los últimos 40 años se observa una tendencia en la disminución de las precipitaciones. Ese tiempo es bastante significativo para fines de análisis climáticos. Por otro lado, al tiempo que disminuyen las lluvias, aumentan las temperaturas. Esto condiciona veranos más secos y más cálidos, además de inviernos menos húmedos, pero donde se observa la caída de gran cantidad de agua en cortos períodos de tiempo", ¿comenta Barros.
En tanto, Luis Salazar, meteorólogo de la Dirección Metereológica de Chile, cuenta que desde la DMC evitan hablar de "olas de calor" y se refieren a ellos como "episodios de altas temperaturas", ya que "hay dos puntos de vista para hablar de olas de calor: el estadístico, que encierra el 5% de los valores más altos de temperatura, si se superan por tres días seguidos se habla de ola de calor. Es un tecnicismo que no tiene relación sobre sus efectos en la población, cuando en Europa o EE.UU se habla de ola de calor, ahí hay muertos y los hospitales colapsan atendiendo a cardíacos, guaguas u obesos. Acá eso no ocurre".
Concepción
En la zona, el récord de temperatura data de enero de 1935, cuando se registraron unos históricos 37,5°.
Pese a lo lejano de la fecha, el verano en Concepción se hace cada vez más cálido y los fenómenos ligados al cambio climático se acrecientan.
"Las proyecciones para la zona son veranos más calurosos y menos precipitaciones durante el año, para ese escenario hay que prepararse. Eso significa, por ejemplo, pensar de donde vamos a sacar agua para una población creciente o adaptar nuestra infraestructura para que combatan fenómenos como las marejadas", asegura Ricardo Barros.
Para el decano de la Facultad de Ciencias Ambientales de la UdeC, "que el verano cambia y se hace más caluroso es efectivo. Esta percepción que hay, que muchas no se fundamenta en la ciencia, es confirmada por la información meteorológica."
Chile es uno de los países más vulnerables del mundo frente a los efectos que provocan la emanación de gases de efecto invernadero.
En número, nuestro país solo aporta el 0,52% de las emisiones globales, algo mínimo frente a todos los efectos que tienen a lo largo de Chile.
De acuerdo a Barros, "cumplimos con ocho de las diez categorías de vulnerabilidad que establece el programa de la ONU para el medio ambiente de países que son más susceptibles a recibir los efectos negativos del cambio climático.
"Chile tiene un deber moral de hacer algo. Todo saben que existe el cambio climático, quizás no la parte más científica, pero sí saben que debemos hacer algo", sentencia.