Las empresas de hoy apuntan hacia la innovación social para generar cambios
Cree que es un concepto nuevo no solo en Chile, sino que también en el mundo. Se trata de la innovación social. Al menos así lo estimó Juan Pablo Orellana, experto sobre la materia que estuvo en Concepción invitado por Cidere para tomar parte en un encuentro acerca de este tema que nació en Estados Unidos en una red llamada Ashoka, que empieza a entender que hay un nuevo tipo de persona en una sociedad más grande.
"La mejor definición que he escuchado como emprendedor social es la mezcla entre la madre Teresa de Calcuta y Bill Gates. Es decir, tienen un pasión por lo social, pero a la vez tienen un vocación empresarial en que no es malo ganar dinero. Juntan esas dos cosas y se genera un emprendedor social", afirmó.
A su juicio, a esta tipo de persona le duele ver un campamento, pero a su vez tiene un gen que le dice que puede elaborar un proyecto e incluso ganar plata haciendo viviendas sociales de calidad para la gente. Con esto, dijo, se busca eliminar estos lugares, pero no teme generar dinero para ese fin, generando empresas sociales.
EJEMPLO
Por eso, sostuvo que al emprendedor social lo mueve una causa, pero ocupa al mercado para eso, pues podría pedir donaciones, lo que al final cansa, sin embargo, puede hacer las dos cosas. "Por ejemplo, Pablo Godoy, un chef de Antofagasta, juntó a todos los restaurantes de la zona para que tengan pescados de la propia caleta. Con eso se muestra un talento empresarial, pero posee un corazón distinto", expuso.
En todo caso, Orellana indicó que hay un cambio de época, porque los empresarios más antiguos era generar productos, servicios y cree empleos, pero ahora viene una nueva generación en que eso no basta, sino que los mueve otra cosa, que es mejorar los grandes problemas que existen en el mundo. En ese sentido, citó que el próximo año habría más toneladas de plástico que peces en los océanos. "El empresario social dice que no habrá nada más con este material, porque viene con un chip distinto. En el pasado, hace unos 50 o 100 años, venían con el rol social, pero en el camino se perdieron por la competencia, las utilidades y el consumismo, sin embargo, existe hay una nueva mirada que está creciendo en forma rápida, en que Chile es top ten, con empresarios sociales campeones mundiales, que se ha ido contagiando con el Festival Internacional de Innovación Social", planteó.
En el fondo, indicó que todo lo que tenga que ver con el "CO" va ligado a la economía colaborativa, donde la idea si es buena para el mundo se comparte, no e queda guardada.
Ahora, si bien falta, dijo que hay que seguir empujando este cambio cultural y de hecho Corfo está muy involucrado con un concurso de prototipo de innovación social.
"El tema es como hacer un buen proyecto que se sustente económicamente, social y medioambiental que permita ganar dinero pero con otra mirada", apuntó.
SOCIAL Y
MEDIOAMBIENTAL
A su vez, Pablo Álvarez, coordinador del Programa de Innovación y Emprendimiento de Duoc UC sede Concepción, sumó que "no podemos hablar de fenómeno respecto a una condición natural del ser humano. La innovación social parte desde que el homo sapiens comenzó a evolucionar, modelando su entorno para proteger y preservar la especie. El fenómeno es el daño que hoy estamos sufriendo social y medioambientalmente causado por nosotros mismos".
Agregó que frente a estos evidentes y profundos problemas, la población está actuando y proponiendo soluciones para volver a tratar de subsistir. "Podemos observar en las asignaturas de emprendimiento e innovación, al pedirle a los que alumnos que libremente escojan ámbitos de estudio para buscar problemas, que la gran mayoría, escoge problemáticas sociales y medioambientales. La misma proporción se da en las postulaciones a concursos de innovación de nuestra institución. Esto quiere decir que estas problemáticas son evidentes y palpables por las nuevas generaciones, quienes afortunadamente quieren generar un cambio".
Estimó que frente a la masiva reflexión, cuestionamiento y ganas de resolver estos problemas, se ha generado el ambiente propicio para que aparezcan diversas instituciones, concursos, convocatorias, proyectos y emprendimientos.
En la Región, citó, hay un ejemplo claro y positivo es el Centro de Emprendimiento e Innovación Social Social B, dirigido por Jorge Bizama, quien junto a su joven equipo reciben en un espacio colaborativo a emprendedores y proyectos innovadores que, con sus productos, servicios o modelo de negocio, buscan impactar de forma positiva su entorno. La tarea no es fácil, ya que no basta una buena idea que resuelva un problema social, sino que esta sea viable y sostenible durante el tiempo.
POSICIONADA
En general, cree que la cultura en torno al tema en Chile ya está posicionada, sin embargo, esta, al igual que en todo el mundo comenzó tarde, pero no por eso no se ha avanzado, muy por el contrario, nuestro país se ha destacado internacionalmente por instituciones pioneras en el tema, quienes se han transformado en la red de solucionadores de problemas más grande del mundo.
Por otro lado, planteó que "encontramos el sistema B que redefinen el éxito de una empresa, poniendo al mismo nivel de importancia los resultados económicos como la solución a los problemas sociales y medioambientales, utilizando todas las herramientas que entrega el mercado, los recursos y ganas de innovar que tiene las empresas privadas".
Este sistema, indicó, debe estar inmerso en el modelo de negocio y desde ahí dar solución a los problemas a través de un impacto positivo, no basta solo con generar actividades o proyectos aislados, sino que debe ser parte de los objetivos de la empresa y, por ende, un resultado de éxito tan importante como el económico. El sistema B está alineado con los 17 desafíos sustentables que la ONU fijó al 2030 por lo que debería ser materia de Estado el incentivo a las empresas que adopten este sistema como parte de sus objetivos de éxito.