Niños y jóvenes del Centro Artístico muestran resultados teatrales del año
Cuenta que lleva cuatro años haciendo clases en el Centro Artístico de Concepción (CAC). Un tiempo en el que, agrega, siempre ha buscado hacerle sentir a sus alumnos la pasión que implica el teatro.
Sin duda, Patricia Michele (Cabrera) lo ha conseguido. Se evidencia en los logros conseguidos desde la partida de estos talleres teatrales impartidos en tres módulos divididos por edades, para alumnos entre segundo básico y cuarto medio.
Una parte de estos resultados se evidenciará mañana, a las 20 y 20.20 horas, con la presentación de las obras, "Malala" y "Violeta en el recuerdo", respectivamente. La jornada con entrada liberada es parte del ciclo "Teatro en el Parque Ecuador", organizado por la Galería de la Historia de Concepción, y que se desarrolla en el espacio ubicado en el cruce de las calles Víctor Lamas con Lincoyán.
"Es una gran oportunidad trabajar de manera tan libre con niñas, niños y jóvenes (las edades parten en los siete años)", comenta la co-fundadora de la compañía La Otra Zapatilla Teatro en 2007.
La actriz y creadora, que apunta hacia el arte de la interpretación, confiesa que le tomó algún tiempo descubrir, que "encaminar los talleres de teatro hacia la realización de obras", le permitía experimentar en la dirección, como también responder a los deseos de los alumnos de montar una obra.
"A veces me complicaba, porque exigía como si estuviéramos en una escuela, pero a la larga entendí que muchos de ellos no quieren ser actrices y actores, sino hacer teatro ahí y ahora", explica, sosteniendo que su experiencia en la dirección no es mucha (hace un par de años co dirigió "El Ganso"). "Tuve otros intentos de dirección que deseché, porque en realidad mi tema es la actuación", comenta reconociéndose como una mujer de teatro y actriz de profesión. "Esto tiene que ver con profesar lo que hago y no con el título que tengo", dice.
Sobre "Malala", Patricia Michele sostiene que lo que se busca acá es poner en escena una historia real, dura e intensa. "Una niña que lucha por ir al colegio, mientras los talibanes lo prohiben", explica.
- Esa realidad interpretada por niñas y niños conmueve. Es bellísimo ver, por ejemplo, a una pequeña de 8 años narrando, se aprendió mucho texto y resulta increíble. De igual manera, trabajamos con humor algunas escenas (...) A eso se suma su espontaneidad, que siempre improvisan alguna cosa, rompen el teatro con tanta verdad, que lo agradezco.
VIOLETA PRESENTE
"Violeta en el recuerdo", fue trabajada con el taller dos (alumnos entre 10 y 13 años). "En el camino fuimos necesitando más gente y la verdad se fueron mezclando las edades. Invitamos gente del taller de los más pequeños (uno) y de los grandes (tres), por lo que las edades van de los 9 a los 17 años", explica la directora, quien para llegar a estos resultados trabajó con ellos -ambos títulos- todo el segundo semestre dos veces por semana.
La idea es pasear por las canciones de Parra, como también escenificar (en 35 minutos) momentos importantes de su vida. "Ver un discurso dicho por niñas, por niños, verlos haciendo teatro y tomándose con seriedad una propuesta", resume la encargada.
- A veces en los ensayos discutíamos sobre su personalidad. Para algunos estaba bien que le pegara un combo a otra mujer o que le dijera un garabato, mientras alguien hablaba de la importancia del legado. Creo que eso reafirma, también, el gran interés en sus canciones.
- Desde que realizo talleres que me he encontrado con personas que desean estudiar teatro, varios se han ido a Santiago. Hoy existen actualmente talleres anuales de teatro y la más importante la escuela de actuación profesional que ofrece El Oráculo, tiene varios ramos y funciona más como escuela de teatro. Por supuesto, hace falta una carrera universitaria. No podemos dejar que se acaben las compañías. Quiero que seamos más, pues hay mucho por hacer.