Principal preocupación debe ser comprar juguetes seguros
Los más diversos locales comerciales atestados de gente no dejan dudas que los chilenos están dedicados a buscar los objetos que quieren obsequiar a sus seres queridos esta Navidad. Y por la concepción que esta celebración tiene, más allá de las creencias religiosas, son los niños los protagonistas y a quienes esperan sorprender con aquello que desean o que no esperan.
Así, también para muchos se vuelve un desafío y una locura encontrar el juguete de moda en el comercio establecido, y también hay quienes optan por ver distintas alternativas según lo que convenga al bolsillo. Y es en este aspecto donde se vuelve relevante que, como base, los padres o adultos no sólo se fijen en el precio del objeto ni en su estética atractiva, sino primordialmente en la seguridad de los niños. Fernando Torres, toxicólogo y director de la Escuela de Química y Farmacia de la Universidad Andrés Bello, afirma que "teniendo en consideración el comportamiento habitual de los niños, un juguete seguro es aquel que bajo condiciones normales y razonablemente previstas de uso, cumple los requerimientos sobre seguridad y protección de la salud y el medio ambiente".
En este sentido, detalla que es importante cerciorarse que los juguetes y partes estén fabricadas de una forma en que se reduzcan al mínimo los peligros de lesiones corporales que puedan ser provocadas por el movimiento de sus componentes, que estén libres de sustancias químicas tóxicas y además deben contar con un rótulo que entregue la adecuada información de uso y seguridad.
¿EN QUÉ FIJARSE?
Es a partir de lo expuesto que el profesional se detiene a dar ciertos consejos para la compra de un juguete y obsequio que, sobre todo, resguarde la salud e integridad de los niños y niñas.
Así, menciona que un primer cuidado tiene que ver con que los juguetes no sean elementos inflamables en el medio del niño, por lo que hay que preocuparse que estén fabricados de materiales que no se quemen al quedar expuestos a una fuente de calor o fuego.
Asimismo, Torres cuenta que deben ser diseñados y fabricados de una forma tal en que se ingestión, inhalación y el contacto con la piel, mucosas y ojos no represente un riesgo para la salud o de lesesiones cuando se usen según las instrucciones que indica el rótulo.
Sobre esto, precisa que es importante que los adultos revisen las etiquetas y se aseguren que proporciona la información necesaria de uso y, de acuerdo a la normativa nacional vigente, que declaren la composición de los materiales con los que se fabricó el juguete y que no contengan niveles superiores a los declarados por la norma de sustancias como arsénico, plomo, cadmio, cromo mercurio, selenio y tolueno, entre otros.
Por último, Fernando Torres recalca que el rótulo debe presentarse de forma que no induzca a error al consumidor respecto a su naturaleza ni características de los juguetes, con indicaciones expresadas en español y utilizando un tamaño y tipo de letra que permita su lectura a simple vista.