Ampliar opciones ayuda a bajar ansiedad por resultados de PSU
Por estos días miles de jóvenes están esperando la entrega de los puntajes de la Prueba de Selección Universitaria (PSU). Muchos tienen certeza sobre cómo les fue, otros escasa claridad, pero si hay algo que pueden estar compartiendo la mayoría de quienes rindieron el examen es ansiedad ante la incertidumbre, pues sólo con resultados en mano se hace tangible la opción de ingresar a la educación superior.
La espera misma puede gatillar esta sensación, así como también la puede provocar el temor ante la posibilidad de no cumplir las propias expectativas o del entorno y desilusionar al obtener menos puntos de los que se esperaban o necesitan para postular a la carrera que se tenía planificada. Y aunque el psicólogo Rodolfo Álvarez, director de la Escuela de Psicología de la Universidad Santo Tomás, afirma que la ansiedad es una respuesta normal y adaptativa, hay que preocuparse que ésta se mantenga en ciertos niveles, pues cuando se da en exceso o se mantiene por periodos prolongados puede tener efectos físicos, psicológicos y sociales en los jóvenes y sus familias, pues dice que "la ansiedad se puede 'contagiar' de una persona a otra".
MÁS ALTERNATIVAS
Ante esto, es natural esperar en los jóvenes mayor irascibilidad, menos paciencia, actitud retraída para evitar preguntas o bien ganas de salir en exceso para distraerse y evadir, o cambios en sus rutinas de sueño, entre otras actitudes. Lo anterior, mucho tiene que ver con que lo más común es que, frente a quien dio la PSU, las primeras preguntas son "¿cómo te fue'", o "¿qué quieres estudiar?", lo que puede exacerbar las emociones que están viviendo.
En este sentido, el psicólogo releva el papel del entorno para contener con una actitud positiva en relación a la PSU, que los tranquilice y dé seguridad que ante un resultado deficiente o distinto al esperado la vida no se acaba, por mucho que así parezca. "Lo fundamental es centrarse en que hay muchas alternativas, algunas que se vieron y otras que no, y ahora es el momento de analizarlas con más detención", manifiesta Álvarez, y dice que esto genera calma en el estudiante y en sus familias, al ayudar a abrirse a otras opciones y tener nuevas certezas.
Esta opinión es compartida por María José Millán, psicóloga y directora de la Clínica de Atención Psicológica de la carrera de Psicología de la Universidad Andrés Bello, quien plantea conversar sobre la PSU con los hijos es importante, pero no debe ser el único tema, y cuando éste se aborde recomienda hacerlo con normalidad y dar calma no sólo mostrando que existen muchas posibilidades para estudiar barajando distintos resultados, sino también que es una opción no ingresar de inmediato a la universidad. De hecho, considera esta alternativa como una instancia que los jóvenes pueden "aprovechar para conocerse y descubrir o reconocer otras habilidades que no han podido explorar antes", siempre dando la seguridad que el amor de la familia no depende del resultado de este examen.
SER REALISTAS
Junto con la contención emocional ante la incertidumbre, Millán sostiene que otro aspecto relevante es ser realistas. "Hay que ayudar a los hijos a tener claro que si tuvieron malos hábitos de estudio en la etapa escolar o un mal promedio de enseñanza media, difícilmente va a haber un muy buen puntaje en la PSU", dice, lo que también va ligado con mostrarles que el resultado no es el fin, que hay tiempo para hacer cosas distintas, como conocerse y prepararse para rendir nuevamente el examen.
Esto lleva a la psicóloga a detenerse en dos aspectos y el primero es que cree "importante que la sociedad se abra a las carreras técnicas y que haya claridad que la universidad como tal no es el único espacio de formación que puede dar un buen futuro (en lo laboral)".
Por otro lado, recalca que no hay que ingresar a estudiar algo si no se está seguro o solo por cumplir, ya sea una expectativa del entorno o el propio hecho de entrar a la universidad. "Cuando uno entra a estudiar piensa que a eso dedicará su vida y si es algo por obligación o porque otros dijeron, va a haber frustración, y esto puede llevar incluso a padecer algunos trastornos mentales como ansiedad y depresión", advierte, por lo que su principal consejo, de cara a los resultados de la PSU y la próxima postulación a la educación superior, es que "los padres promuevan que sus hijos estudien lo que realmente les guste y quieran, y si no están seguros que incentiven a que se den un tiempo para conocerse y explorar distintas alternativas".