Acusan precaria situación de niños migrantes en EE.UU.
En una instalación dispuesta por el Gobierno estadounidense para jóvenes migrantes, una joven de 20 años que mintió diciendo que tenía 17, logró robar una aguja durante una clase de costura para cortar su piel. En otro caso, cámaras de seguridad grabaron a un joven pateando repetidamente a un niño en la cabeza, después de discutir en el campo de fútbol, según documentos que denuncian el maltrato de los niños y jóvenes inmigrantes en los centros de reclusión.
Expedientes obtenidos por Associated Press (AP) muestran algunos de los problemas que se viven en las instalaciones provistas por la Casa Blanca para los migrantes menores de edad, a la espera de la regularización de sus documentos y los de sus padres o adultos a cargo, en momentos en que el Gobierno de Donald Trump decide sobre el futuro de estos niños.
Actualmente hay unos 14 mil menores distribuidos en más de cien instalaciones en todo el país. De ellos, unos 5.900 niños están en Texas, lugar donde muchos cruzaron la frontera sin sus padres y han tenido que esperar más tiempo en los centros antes de ser entregados a parientes o tutores, quienes sienten miedo de presentarse ante la Justicia por la posibilidad de ser detenidos y deportados.
Cientos de estos menores, sin embargo, hace unos meses fueron reunidos con sus familias, tras la indignación mundial por la separación. Luego, el Gobierno presentó a los centros como lugares seguros para los niños inmigrantes, pero los expedientes muestran un sistema saturado: los menores se rebelan, a veces golpeándose entre ellos e intentando escapar, y los funcionarios tienen problemas para lidiar con estas situaciones.
Los médicos advirtieron hace meses las consecuencias de esta política sobre la salud de los pequeños, sobre todo después de que la mayoría huyó de la violencia y la pobreza en Centroamérica.