Con 10 años dedicados a estudiar el mar de la Patagonia de Chile, el Centro de Investigación Oceanográfica Copas Sur-Austral ha sido un actor protagónico en lo que dice relación con obtener información científica relevante para profundizar el conocimiento sobre el país y la transmisión de éste a la sociedad para que sea de utilidad. Aún así, por las características geográficas y climáticas de las regiones en las que se enfocan, mucho permanece en misterio, hay sitios casi desconocidos, principalmente porque su acceso complejo los vuelve todo un desafío difícil de alcanzar sin la infraestructura adecuada.
Algo que hace poco pudo cambiar, pues cuando investigadores de este centro alojado en el Departamento de Oceanografía de la Universidad de Concepción (UdeC) supieron del llamado de Conicyt para asignar días al uso del buque científico Cabo de Hornos no lo dudaron y postularon, obteniendo una respuesta que les permitió dar vida a la "Expedición Taitao", que comenzó cuando la embarcación zarpó desde el puerto de Valparaíso el 30 de octubre y culminó con su reciente llegada a Talcahuano el jueves 15 de noviembre, con una evidente y alegre satisfacción del grupo de expertos que fue parte de un hito con logros que apenas comienzan a vislumbrarse.
Es que según cuenta el doctor Diego Narváez, jefe científico de este crucero, éste es inédito en cuanto al número de estaciones de muestreo y estudio que se realizaron, 35 en total, el uso de tecnología y así también por la información que se desafiaron a recolectar. Todo con el gran objetivo de saber cuál es la influencia que tiene el intercambio de agua entre los fiordos y canales patagónicos y el océano costero adyacente en relación a nutrientes, contaminantes emergentes, coliformes fecales, microorganismos y larvas de peces de interés comercial.
INSTRUMENTAL Y LOGROS
Es cierto que la llegada a tierra firme es sólo el paso para iniciar una nueva etapa del proyecto, pues hay que analizar todas las muestras e información recogidas, pero el investigador de Copas Sur-Austral y académico de la UdeC sostiene con fuerza que "está claro que vamos a tener datos científicos inéditos de zonas de difícil acceso y que no hubiéramos podido lograr sin la plataforma que da el Cabo de Hornos", pues pese a que tuvieron que escapar de algunas tormentas y hacer cambios en la ruta para encontrar protección, el logro de los objetivos fue un éxito.
El instrumental también fue clave para ello y además de redes de plancton, Narváez cuenta que se usó una roseta oceanográfica que permite recolectar grandes volúmenes de agua a diversa profundidad. "Este equipo lo bajamos hasta 900 metros en algunas zonas, y aunque con el mar 'malo' siempre hay riesgos, anduvimos súper bien", recuerda.
Imaging Flow Cytobot
LO PRELIMINAR
Considerando todo el trabajo de laboratorio que queda por delante, los resultados finos de lo recogido en la expedición no se saben y el doctor Diego Narváez espera que los primeros se puedan tener y dar a conocer en un plazo de dos o tres meses; pero sí hay algunos preliminares que se pueden mencionar.
Así, destaca que uno de los hallazgos fue notar que hay canales mucho más pequeños que tienen tanta o más importancia que otras conexiones más grandes para el intercambio de agua con el océano, al contrario que lo preveían. "Esto puede significar exportación de nutrientes o contaminantes como microplásticos y coliformes fecales a la zona exterior", apunta, y que de hecho encontraron y se podrían deber a la acuicultura u otras actividades humanas que se dan dentro, pero no lo asegura, adelantando que "hay que ver cuál es su procedencia, porque esto no quiere decir que vengan de los fiordos interiores de Chile, podrían venir de zonas oceánicas también. Además, hay que analizar en qué área hay en mayor abundancia".
Otro punto que recalca es que encontraron evidencia de una zona que podría ser importante para retener la larva de merluza austral, especie de gran valor para la pesquería en la zona patagónica, por tanto puede ser importante para la cría de este pez, por lo que queda saber cuál es la interacción y por qué hay allí mayor cantidad de larva, entre otros aspectos que permitan pensar en estrategias para su manejo, por ejemplo.
Así, toda la información obtenida, además de que mucha es novedosa según lo que hay disponible y se había recolectado hasta hoy, analizada puede ser de gran importancia a nivel económico y social, aunque Narváez no deja de reconocer que una actividad como la expedición suele dejar más preguntas, pero tiene certeza que serán la inspiración de otro proyecto. "Probablemente, no vamos a encontrar todas las respuestas ahora, pero sí dará pie a que podamos decidir en qué focalizarnos cuando ganemos otras horas de barco, para estudiar ciertos tópicos específicos" finaliza.