"Hedda Gabler": inquietudes que están latentes
Como buen relato clásico, en éste la mayor tensión narrativa la tiene la protagonista, "Hedda Gabler". Es también el nombre de la obra dirigida por Claudia Di Girólamo, basada en el texto del dramaturgo noruego Henrik Ibsen escrito en 1890. Estrenada a nivel nacional la noche del viernes, la audiencia del Teatro Biobío la premió con sentidos aplausos.
Una historia, la de esta mujer de contradicciones, que lleva el hilo conductor del relato, donde cada uno de los personajes en escena -Jorgen Tesman, la tía Julia, Elvsted, el juez Brack, Lovborg y Berta- le van dando forma y contenido a los variopintos matices de Hedda. Son los detonantes de sus estados y arranques.
De ahí que asumamos a la protagonista -interpretada por una muy compenetrada Amparo Noguera- como un ser al límite. Ella es libre y está encarcelada al mismo tiempo, de sus propios temores, carencias y miedos. De alguien que se siente cómoda y dominante en su espacio. La casa y el lugar, donde transcurre la acción que avanza en los diálogos, se torna en un agente protector para Hedda. Un detalle acentuado por la iluminación y el diseño sonoro de la apuesta.
Ella no es buena ni mala, aunque lo pueda parecer. Es alguien, un ser humano, de inquietudes y temores latentes, de palabras determinantes. Sin embargo, pareciera estar siempre gritando por ayuda y comprensión pero sin ser escuchada. Y lo peor, sin ser vista.
LAS PSICOLOGÍAS
Hedda es calculadora y fría, dura en sus dichos, pero también apasionada y sensible, frágil. Un ser que camina tratando de autodescubrirse sin contar con herramientas para ello.
Ahí está, precisamente, el fundamento psicológico del personaje y lo bien planteado que está en la pluma de Ibsen (1828-1906). A la manera de un Henry James o Gustave Flaubert, en la narrativa, de aquellos autores de su época devenidos en grandes constructores de mujeres con perfiles psicológicos y personalidades fuertes.
Ella representa la contradicción con su época y momento. Fueron seres de la ficción como Hedda Gabler los que dieron el paso y el tono para comprender -ya en el andar del siglo XX- los matices y roles femeninos con una actitud mucho más clara que los que el propio machismo prefiere ver. Finalmente, no le va a convenir, porque mujeres empoderadas han habido siempre.
Compleja, actual y bien resuelta en la dirección de Di Girólamo -el movimiento en el cuadro-, sumando un elenco cuyo brillo está en el todo y no en sus individualidades.