En 1988, la 41ª Asamblea Mundial de la Salud adoptó una resolución para erradicar la poliomelitis del mundo, en una cruzada encabezada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), Rotary International, la agencia CDC de Estados Unidos y Unicef. Desde entonces los casos de polio, como se menciona de manera abreviada a esta contagiosa enfermedad viral que afecta principalmente a los niños menores de 5 años, se han reducido 99%: de los 350.000 en más de 125 países que había en ese tiempo, el 2016 se notificaron 37.
De hecho, en casi todo el mundo la patologías se considera erradicada; en Chile desde 1975 y el continente americano se declaró libre en 1995, tras el último caso endémico en Perú en 1991. No obstante, la meta mundial no se ha conseguido, pues está presente en dos naciones africanas, por lo que la OMS, luego de haber modificado en distintas ocasiones la fecha final, estableció un Plan Estratégico para eliminarla del planeta este año.
Por ello, este esfuerzo global, con el aporte de cada país, no se debe detener; siendo éste uno de los énfasis del Día Mundial contra la Polio que se celebró hace poco, pero que apuesta por mantener este tema latente. Y según el pediatra Francisco Moraga, ex presidente de la Sociedad Chilena de Pediatría, es la vacunación lo esencial, no sólo porque es una enfermedad sin cura que se puede prevenir al generar inmunidad y dicha medida sanitaria es la única forma de hacerlo, sino porque ha sido la estrategia a la que se deben los logros. "La polio es uno de los mejores ejemplos de la utilidad que tienen las inmunizaciones. Junto con el sarampión son enfermedades que se consideran erradicadas en Chile por el efecto que han tenido las campañas de vacunación y la mantención de la vigilancia que se sigue sosteniendo en el tiempo", afirma el también subjefe del Servicio de Pediatría del Hospital San Borja Arriaran (Región Metropolitana).
SEGUIR VACUNANDO
Un aspecto que se debe tener en cuenta, como lo establece la OMS, es que mientras haya un niño infectado, los infantes de todo el mundo corren el riesgo de infectarse con este virus que invade al sistema nervioso y puede causar una parálisis en pocas horas, y con ello verse afectados por sus terribles consecuencias neurológicas, que pueden terminar en la muerte. Por ello, Moraga aclara que "es importante que no haya una falsa sensación de que nos debemos relajar en nuestros sistemas de protección que están instaurados y arriesgar que se produzca una situación dantesca. En la medida que la gente está inmunizada y el virus no circule se puede considerar que se erradica. Por eso, prácticamente está erradicada de muchas partes, pero no totalmente eliminada", por lo que uno de sus llamados es que exista plena consciencia de lo primordial que es vacunar a los niños.
Al respecto, advierte que como "el virus no está eliminado del mundo, así como ha pasado con el coqueluche, que si bien no se consideraba erradicado sí estaba controlado, o el sarampión, a raíz de los problemas en las coberturas de vacunación estas enfermedades han tenido una re emergencia y han aparecido provocando no sólo enfermedad, sino mortalidad".
No existen dudas que más allá de dificultades que en algunos sitios pudieran existir en el acceso a vacunación, la preocupación y riesgo lo genera el movimiento antivacunas. "Quienes profesan esta tendencia no perciben que el problema no es individual. Si bien es cierto que uno puede optar por hacer o no determinadas cosas, y eso está dentro de las libertades individuales, vivimos en una sociedad y debe primar el bien común, global, por sobre las posturas personales, las que pueden ser muy legítimas mientras no arriesguen el bienestar y sobrevida de otras personas, como sucede en el caso específico de las vacunas".
ENORME BENEFICIO
Ante este contexto, tan necesario como mantener las medidas sanitarias lo es potenciar la sensibilización sobre el enorme beneficio que las vacunas significan para la salud de toda la población y evitar que existan quienes las rechacen.
La primera razón que menciona es que "son seguras, ya que para que una vacuna se llegue a usar en seres humanos se requiere una investigación de una rigurosidad que con ningún otro fármaco se hace".
Además, son efectivas. "Para que se pueda comercializar y administrar la vacuna tiene que demostrar que cumple las expectativas para la cual se ha desarrollado", apunta.
Pero, principalmente releva que "la vacunación junto con el lavado de manos y las terapias de hidratación son los elementos centrales que han permitido mejorar la sobrevida, especialmente en poblaciones más vulnerables", deteniéndose en el rol social sin comparación que cumplen, pues principalmente favorecen a sectores que están en desventaja, como los niños que son portadores de una enfermedad crónica o que viven en ambientes sociales de carencias, grupos que están más expuestos a sufrir determinadas patologías. "Quienes tienen buen estado nutricional, son sanos o viven en un ambiente que permite optar a buenos tratamientos, pueden tener alternativas si se enferman, pero cuando son poblaciones más vulnerables esto no es posible. Entonces, las vacunas permiten reducir brechas de inequidad de acceso a la salud", manifiesta para finalizar.