Camila Canales está lista para buscar bicampeonato nacional en los Adesup
Curiosamente, por más que practicó taekwondo en un taller en su etapa escolar (Liceo A-21), Camila Canales Bravo (23) nunca se terminó por convencer. Sin embargo, cuando llegó a la universidad (USS) tuvo un segundo encuentro con el deporte de contacto y ahí sí que nunca más lo soltó. Es más. En tan sólo dos años su progreso ha sido tal que este fin de semana defiende el título nacional en la competencia Adesup (Agrupación Deportiva de la Educación Superior).
De contextura menuda, la alumna de 3º año de Enfermería dista lejos de parecer exponente de un arte marcial. Pero ahí está, orgullosa, como la mejor en el certamen en categoría -49 kilos (Principiante).
Clave, eso sí, fue su ingreso a la Academia Golden Team Chile del entrenador Juan Pablo Contreras (hermano de Yeny, multimedallista panamericana y única mujer en la historia del taekwondo chileno con participación en unos Juegos Olímpicos).
"Comencé a entrenar en la selección y eso fue clave para ir progresando. Juan Pablo me vio condiciones y me envió altiro a los Adesup el año pasado sin competir nunca antes de manera oficial", recuerda con una sonrisa.
Y pese a los nervios del debut respondió tras ganarle a dos rivales (UBB y UdeC) en la primera fecha. "No lo podía creer. Solo quería darlo todo, pero el 'profe' me daba tranquilidad. Ese año, de hecho, era la única mujer en la academia".
Y en la segunda fecha volvió a hacer la gracia. Pese a una lesión en el pie repitió con victorias sobre las mismas rivales y timbrando su paso al Nacional.
Con el apoyo de su universidad (respaldo y logística del coordinador de deportes Roberto Valenzuela), Camila partió a la final absoluta en Linares. "Allí sí estaba nerviosa porque habían rivales de otras universidades. Miraba mi cinturón (amarillo punta blanca) y pensaba 'acá me van a sacar la cresta', pero el 'profe' me decía que creyera en mis capacidades", cuenta. Y así fue. Primero tumbó a una rival de la Universidad Técnica Federico Santa María y después a otra de la Universidad de Valparaíso, con lo que se colgó el título nacional. "No lo podía creer. Ahí sí que lloré de emoción", añade.
Ya siendo la mejor del país en su categoría de los Adesup se mantuvo en el tatami compitiendo con éxito en un torneo en Collao y la Copa Acero del Club Deportivo Huachipato. Ganó todos los combates.
Y este año, por supuesto, volvió a clasificar a la final nacional tras imponerse en las dos fechas regionales. En la primera ganó por no presentación de sus rivales (la de la Universidad Técnica Federico Santa María de Talcahuano no cumplió en el pesaje y la de la UBB no llegó a la competencia) y en la siguiente, con los nervios lógicos de no haber repartido golpes en la primera fecha, sacó adelante la tarea con éxito venciendo a su oponente de la UBB.
Con un torneo en Los Angeles en el intertanto (donde se impuso a rivales que pesaban 62 kilos), ahora vivirá su prueba de fuego cuando dispute en la capital la defensa de su título con la particularidad de un sorprendente invicto desde que se inició oficialmente en la competencia.
"¿Expectativas? Son otras las rivales, una de la Universidad de Chile y otra de la USS de Temuco. El 'profe' me envió fotos y me empezó a doler la guata de puros nervios. Pero tengo mucha ilusión en volver con el título, especialmente porque tengo el apoyo no solo de él (Juan Pablo Contreras), sino también de mi familia y de Roberto Valenzuela. Todos han sido incondicionales", cierra.