Impulsan creación de brigadas comunitarias para atacar incendios
Con el maclau a cuestas, herramienta similar al rastrillo pero con el filo en su parte posterior, los vecinos del sector Rinco Dos y Bonazor, en la comuna de Tomé, practican en el predio de la parcela Vista Hermosa cómo deben actuar si en esa zona se decreta una emergencia por incendios forestales.
La idea no es que ataquen el fuego, pero sí que estén preparados para enfrentar una emergencia de ese tipo. Por eso son parte de la red de brigadas comunitarias patrocinadas por las empresas forestales y que se encuentran insertas dentro de los programas de prevención de estas compañías. La de Rinco Dos y Bonazor son dos de las 18 que hoy están operativas en la Región. Se espera que este número aumente a 27 dentro de los próximos meses.
Las brigadas están en Concepción (1), Florida (6), Chiguayante (1), Hualqui (3), Lota (1), Penco (1), Santa Bárbara (1) y Tomé (4).
"Sabemos a quién tenemos que llamar, cómo comportarnos y qué debemos hacer para prevenir la expansión de los incendios forestales", dijo Luis Ávila, presidente de la Junta de Vecinos del sector Bonazor y encargado de coordinar a los vecinos de ambos sectores en caso de siniestros.
Hoy su trabajo consiste en levantar datos para conocer cuáles son los puntos de mayor riesgo de propagación del fuego, sobre todo en las zonas más cercanas a las casas, también conocidas como interfaz. Hasta esos lugares llegan los vecinos con sus herramientas para comenzar la limpieza del suelo y la eliminación del combustible, equivalente a ramas secas, pasto, tronco y cualquier otro elemento inflamable, para ayudar a frenar el avance del fuego.
Mariana Contreras, monitora de la brigada comunitaria, explicó que el origen de estos equipos vecinales se remonta a los incendios de 2016-2017. Fue en ese momento que los mismos vecinos decidieron organizarse para prevenir futuros siniestros.
"Cuando pasó lo de los incendios, la forestal Arauco comenzó una red de prevención comunitaria y ahora esa red se ha masificado a nivel nacional, se está trabajando en seis regiones y ahora no solo con la forestal, sino también con empresas sanitarias, eléctricas y otras que están aportando y financiando la red".
Violeta Cartes, vecina del sector, contó que durante los casi dos años que llevan implementando el sistema de brigadas comunitarias "hemos aprendido nuevas prácticas con respecto al manejo de herramientas para el control de eventuales incendios. De esa forma prevenimos los riesgos que nos afectan en verano. La limpieza en torno de las viviendas es fundamental, además del manejo de los caminos públicos y vecinales, así como también la eliminación de malezas nos ayuda a estar más seguros".
MÁS TECNOLOGÍA
Adicional al trabajo que realizan las comunidades, las empresas forestales también se están preparando para enfrentar esta temporada, ya que los pronóstico avizoran condiciones similares a las de hace dos temporadas atrás, cuando sólo en Biobío se quemaron más de 120 mil hectáreas.
Desde el megaincendio que azotó a la Región en la temporada 2016-2017 las empresas mejoraron la coordinación con las demás instituciones que intervienen en las emergencias, como Conaf y la Onemi, además de los municipios.
Héctor Espinoza, gerente general de Working on Fire, empresa encargada de prestar apoyo con brigadistas para la forestal Arauco, contó que "este año se han incorporado nuevos camiones con un estándar nuevo y certificados, que permiten brindarle una mayor seguridad al personal que va dentro del camión y también durante la operación".
Este año la empresa cuenta con cerca de 1.400 brigadistas, dos helicóptero aircrane, similares al "Elvis", que prestó apoyo durante los incendios del verano de 2016, 13 helicópteros tradicionales y la misma cantidad de aviones de combate, además de uno adicional para la coordinación y el monitoreo aéreo de los incendios.
Jeraldy Castillo (24) es uno de los brigadistas de la empresa. Este es su segundo año como combatiente del fuego, actividad que no sólo le ha permitido mantener un trabajo, sino también cumplir el sueño de ser bombero que, reconoció, ha tenido desde pequeño.
"Yo estudiaba ingeniería en minas, pero no me gustó la carrera. Cuando vi los incendios forestales de 2017 me di cuenta que hacía falta gente para que pudiera ayudar y pensé que sería una buena idea para mí. El trabajo es adrenalínico, eso me gusta, pero también la oportunidad de ayudar a prevenir que los incendios afecten a la gente", contó.
Para desplegar los recursos, la empresa Arauco unificó su central de monitoreo de incendios forestales del sur del país en Concepción. Con 24 cámaras automatizadas y 12 tradicionales, un multitudinario equipo de profesionales se encarga de vigilar las alertas que se puedan producir durante la temporada y así definir la cantidad de recursos que se utilizarán en cada uno, lo que se mantiene en constante coordinación con Conaf y otros organismos que participan en el combate de incendios forestales.