"Reinos" resulta como espejo de la generación que anda en los 20 años
Más allá de ciertos apuntes que se le podrían hacer sobre el desarrollo dramático/narrativo de "Reinos", hay que reconocer que el primer largometraje del director Pelayo Lira, cumple y refleja el latido de una generación. La que promedia los 20 años.
En tiempos donde la sociedad transita por sensaciones líquidas, que también tocan los sentimientos, Lira pone la mirada en un grupo social donde los conflictos están latentes y a flor de piel, por más que pretendan simularlo.
Daniela Castillo (Sofía) y Diego Boggioni (Alejandro) son los protagonistas y personajes centrales de esta película basada en el cuento y libro homónimo de Romina Reyes (coescritora del guión).
Estos seres de una ficción de carácter realista/naturalista, son el hilo conductor de una obra que habla sobre los sueños y anhelos -a veces rotos- de una generación joven. Una que se muestra frontal en su quehacer, aunque para el resto parezca indiferente.
Esa cuestión voluble que los doblega como seres humanos, que se abren al mundo, es también el detonante para que ambos estudiantes universitarios sientan que sus existencias van hacia ninguna parte. Es así, como en sus propios pares -sus compañeros- encuentran el consejo y las palabras que no hayan (por distancia o una contra motivación) en sus padres.
Sus horas en el campus universitario no necesariamente están en el aula, sino que en patio de una casa de estudios de la que tampoco se sienten parte. Son seres ajenos a su espacio y tiempo, que contra todo caminan sin avanzar.
Con reconocimientos en festivales a nivel nacional y continental (Bafici en Buenos Aires y Sanfic en Santiago), "Reinos" se interna en los miedos interiores. Y no necesariamente se exponen en una movilización antes de terminar sus carreras (la de ella, porque la de él recién parte), o en la próxima cerveza.
Aunque diferentes, de hecho sus historias no tienen puntos comunes, ambos se encuentran en escenarios tan íntimos e indiferentes como la pensión, la cama del sexo físico o la casa de ella. "Reinos" quebrados de los que, en el fondo, quieren escapar.