Para la presidenta del Consejo Regional, Flor Weisse, las cuentas son claras cuando detalla punto por punto el destino de unos $30 mil millones que desde el 2010 llegan anualmente a Biobío provenientes de los Fondos de Apoyo Regional (FAR), a modo de compensación por lo que el Estado subsidia el Transantiago, tal como estableció la Ley 20. 378, también llamada Ley Espejo promulgada el 1º de septiembre de 2009.
Dichos fondos deben destinarse fundamentalmente a modernización y reposición de buses del transporte público e iniciativas, en general relacionadas con infraestructura pública y para la gestión de los sistemas de transporte, explica la ingeniera comercial. Pero, aclara que también, en la letra E de dicho cuerpo legal, se explicita que es posible destinar parte de esos recursos a "cualquier otro apoyo fundado en la relevancia de dichas inversiones para la región".
De este modo, a través de glosas presupuestarias se establecieron criterios que han permitido hacer en los últimos ejercicios presupuestarios FAR- Subdere, inversiones en salud. "Así fue que se financió por ejemplo, el estudio de preinversión el hospital de Lebu, por un monto cercano a los $755 millones. Igual estaba la clínica de diálisis del hospital de Curanilahue y tenemos un diseño del hospital de Santa Bárbara", explica la presidenta del Core, mientras hojea un extenso listado que incluye una serie de proyectos relacionados con proyectos de renovación de taxis colectivos y buses, infraestructura para la movilización de las personas sea a través de buses, carreteras, calles, veredas, aceras, ciclovías, barandas y refugios peatonales,y en algunos casos iluminación.
Otros proyectos
Mencionó diversos puentes principalmente rurales, como Las Canoas, a los que se han destinado $1.200 millones, mejoramiento de la avenida Pedro Hurtado en Los Ángeles, ( $9 mil millones), el mejoramiento de la avenida Orompello, también en Los Ángeles, donde fueron más de $200 millones, la ciclovía de la avenida Brasil y Prat en Chillán, la construcción y el mejoramiento de la Ruta 114 en Dichato.
En Arauco, se consideran el camino Curapaillaco, mejoramiento camino Punilla, mejoramiento diversas calles sector urbano Charrúa en Cabrero, mejoramiento los Sauces, Esmeralda y Pedro Aguirre Cerda en Huépil, reposición aceras en las calles Chacabuco, mejoramiento integral aeródromo Las Misiones (Cañete),conservación camino 350 a Tomé, ciclovía Contulmo-Valle Elicura y continuó.
Con todo, recuerda que los recursos del Fondo dependen del Presupuesto nacional, pero entre 2017-2018, son en promedio unos $30.600 millones y para este año y a ejecutar ya en buena parte de 2019, la cifra será similar.
"Al primer semestre de este año teníamos ejecutados $10 mil millones y los $22.600 durante el segundo semestre. En todo caso son iniciativas que en más de un 80% están asociadas a transporte. Este año solo en salud tenemos el estudio de preinversión del hospital de Santa Bárbara".
Se ha cumplido
y se cumple
Es en base a estos y otros antecedentes la ex gobernadora de Arauco y presidenta del Core, Flor Weisse, defiende la gestión realizada en estos últimos años. Esto, dijo, ratifica que en esta región se ha cumplido y se cumple con el espíritu de este fondo, que es progresar en las condiciones de los ciudadanos de la región a través del mejoramiento no solo de los medios de transporte sino de las rutas o las vías por las cuales la gente se moviliza. Eso significa también carreteras, ciclovías, veredas, aeródromos y también las condiciones anexas a la vía; en algunos casos será la iluminación en otras serán las veredas".
Como la necesidad de conectividad e infraestructura es mucha, para una región con una alta ruralidad además, hay una batería de proyectos para financiar con este tipo de recursos. "El FAR, para la región no es menor, porque estamos hablando de $30 mil millones de un presupuesto de $111.000 millones, es decir, aproximadamente un 30%, del total nacional", puntualiza Flor Weisse.
División regional
La presidenta del Core, ingeniera comercial, dice respecto a cómo se repartirán los recursos del FAR tras la separación de Ñuble de la Región del Biobío, que habrá que esperar lo que ocurra con el Presupuesto nacional, pero el criterio de distribución de los fondos FAR se basa en la cantidad de territorio y de población del país, que es el mismo criterio del Fndr.
Y, dentro de la población están los indicadores de pobreza, de mujeres jefas de hogar, de vulnerabilidad, etc. Creemos que ese mismo criterio debe orientar su distribución, puesto que "al haber disminuido nosotros población y territorio tendríamos que tener una disminución proporcional, en ningún caso superior a la proporción. Nosotros esperamos que la disminución sea inferior a la proporción que teníamos. O sea, requeriríamos que en términos absolutos nuestro fondo FAR aumente".
Ello a pesar de que los indicadores de rentabilidad social (RS) e inversión pública a veces juegan en contra al haber un per capita muy alto. Explica que igual hay que hacer todo el camino sean que vivan 20 familias o vivan 100, el pavimento tiene que ser el mismo, de la misma calidad, lo mismo ocurre con el agua potable rural, si no qué se le puede decir a esa gente?, que no puede tener agua porque no le da el RS? ¡Qué les importa a ellos el RS!, lo que les importa es tener acceso a esos servicios.
"Esa es la lucha cuando hablamos del trato a las regiones, cuando se tiene que mirar distinto y no pasar por el mismo coladero que se pasa a la Región Metropolitana incluso ya dentro de ella hay diferencias", precisó.
Weisse sostiene que lo se ha pensado es que se cambie la evaluación de proyectos de inversión. "Que haya una metodología distinta cuando de trata de regiones que todas tiene realidades diferentes, sobre todo cuando son proyectos que están dentro del ámbito rural. Hay que buscar otras figuras", recalcó.