Carlos Traverso resalta el orgullo de dirigir el Coro UdeC por 10 años
En los 10 años y 11 temporadas que Carlos Traverso ha estado frente al Coro de la Universidad de Concepción, el único momento en que lo pasó mal fueron sólo dos semanas durante el mes de marzo del año pasado, cuando tomó la decisión de renunciar a la dirección del conjunto vocal.
Un tiempo que tampoco se extendió más allá de lo señalado, cuando desde la entonces rectoría de la casa de estudios superiores le solicitaron -el 17 de marzo- retomar sus funciones frente a este cuerpo estable de la entidad, aunque no profesional.
Tampoco alcanzó a sentir la lejanía de una agrupación que siente propia, como una familia, con los méritos, vocales y personales, que también lo hacen estar orgulloso del conjunto originalmente fundado un 23 de agosto de 1954.
Los 64 años de carrera artística, la agrupación integrada actualmente por 80 personas los festejará en medio de una temporada que, sin querer, la tiene en un rol protagónico. Ello pese a que este año, el Coro no tenga la más satisfactoria presencia en la temporada anual de la Orquesta Sinfónica.
Sin embargo, en la bautizada gala, "Rossini y algo más", la presencia del conjunto coral se torna importante, en la medida que el repertorio tiene algunas sorpresas interpretativas. Es lo que el público podrá testificar en las tres funciones programadas de la cita a partir de este miércoles, a las 19 horas, sumando los días viernes y sábado, a las 20 horas, en la sala de calle O'Higgins.
Traverso cuenta que frente la imposibilidad de montar la ópera "Rigoletto" (Verdi), proyectada originalmente en estas mismas fechas, se dio la posibilidad de rendirle un tributo al compositor italiano Gioachino Rossini, en los 150 años de su fallecimiento.
"Más o menos a mediados de junio se tomó la decisión de no hacer Rigoletto, básicamente por temas de producción", señala Traverso, sobre una situación que también se explica por el cambio de timón que se dio en la Corcudec. Ello una vez que Mario Cabrera asumió la gerencia de la entidad -el 18 de junio en reemplazo de Lilian Quezada-, la cual lleva los hilos de la corporación cultural, de la que dependen las agrupaciones musicales (Coro y Orquesta UdeC).
Al buscar algo a la altura de la lírica de Verdi, comenta Traverso, es que aprovecharon que durante esta época los artistas están de vacaciones en Europa. Un hecho que tiene directa relación con el barítono penquista Christian Senn (voz en la Scala de Milán) y el director italiano Pietro Mianiti, quien dirigirá la Sinfónica durante las tres funciones de la gala.
A ellos se unirán ya desde mañana, el otro barítono invitado, el también penquista Ricardo Seguel, además de la mezzosoprano argentina Florencia Machado.
VOCES CERCANAS
Carlos Traverso, formado en el Coro del Teatro Municipal de Santiago (1981-2006), comenta que siempre es grato estar en el escenario con Senn y Seguel, con quienes tiene experiencias anteriores, entre las que destaca la ópera "Don Giovanni" en 2014.
"Es un placer trabajar con ellos, porque son artistas de primer nivel musicalmente hablando. Además en lo humano son afectivos, cordiales y colaboradores en todo momento. Y bueno, muy entretenidos en la ópera bufa", apunta el director coral.
Sobre lo último cita la gran experiencia que fue compartir con ellos una escena del "Barbero de Sevilla", presentada en enero de 2015, en el festival lírico "Laguna mágica" de San Pedro de la Paz.
- Personalmente, me encanta, porque sabía de voces y las manejaba muy bien. Ahora el problema con el coro es que en las óperas bufas más conocidas son con coro masculino, por lo tanto, tuvimos que investigar entre las óperas serias (del compositor italiano) para trabajarlas con un coro mixto (el que tiene a su cargo está integrado por 45 mujeres y 35 hombres). De este modo, descubrimos un precioso coro, "L 'Asia in faville", que es parte de una ópera seria ("Aureliano en Palmira", estrenada en 1813).
Traverso, quien en julio pasado asumió el cargo de jefe de escenario en la Corcudec, comenta que ahora su opinión es escuchada por la gerencia de la entidad en términos de programación.
En ese contexto, señala que en algún momento Senn y Seguel habían conversado desarrollar algo en torno a Rossini. "Querían planear algo parecido, por lo tanto, hubo que terminar de armarlo", comenta Traverso.