Marcela Cubillos y Gerardo Varela visitaron la Región del Biobío con cinco días de diferencia -entre el 26 y 31 de julio- sin saber que sus destinos se volverían a cruzar, pero esta vez sería porque la ex ministra de Medio Ambiente es la reemplazante del secretario de Estado en Educación, amigo cercano de su fallecido hermano Felipe.
El cambio de gabinete que el Presidente Sebastián Piñera informó el pasado jueves generó rechazo en los distintos gremios locales vinculados al mundo educacional, en una Región que congrega a más de 600 mil estudiantes de todos los niveles formativos, quienes advierten que sólo cambiarán las formas, más no el fondo de las posturas que busca instalar el gobierno.
Aníbal Navarrete, secretario general del Colegio de Profesores del Biobío expuso que la llegada de la ex parlamentaria da cuenta de "un simple cambio de nombres, ya que las políticas que instaló el gobierno se van a mantener; lo que cambia es que la ministra tiene mejor capacidad para moverse dentro de las discusiones parlamentarias, pues fue diputada, y maneja mejor los códigos para relacionarse con los actores de la educación y dentro del parlamento".
Claudia Maldonado, presidenta de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Concepción (FEC), añadió que "es una respuesta superficial a las demandas de fondo de las movilizaciones feministas. Es un cambio sólo de imagen y no de las voluntades del gobierno para hacerse cargo de las demandas que las mujeres levantamos este año. Lo importante es saber cuál es su postura frente a temas como las demandas feministas, la crisis de algunas universitarias y el financiamiento a la educación".
Con más cautela se mostró Alen Arancibia, presidenta de la Federación de Estudiantes Secundarios de Concepción (Fesec) y vocera zonal de la Cones, quien espera que la llegada de Cubillos pueda representar un avance en políticas educacionales.
"Ojalá que su llegada sea favorable para nosotros y que por fin el gobierno nos llame para atender nuestras demandas, las que son claras desde hace diez años y que la nueva ministra no nos mande a hacer bingos para solucionar nuestras problemáticas", apuntó.
LA SALIDA DE VARELA
Frases como "pequeñas humillaciones" (en alusión a los hechos de violencia y abusos en las universidades), los "bingos" (`para resolver problemas de infraestructura) y calificar a sus hijos como "campeones" (por su actividad sexual y compra de preservativos) fueron parte del repertorio que dejó Gerardo Varela en su paso por la cartera de Educación.
En entrevista con este medio, la última que dio en extenso antes de dejar la secretaría de Estado, argumentaba que liderar la cartera "no sería una tarea fácil, por lo que pedí disculpas por las frases que dije, pero particularmente la de los bingos apuntaba al fondo de que el Estado no se puede hacer cargo de todo".
Con esos antecedentes, los actores locales reprobaron la gestión liderada por el abogado de la Universidad de Chile. Alen Arancibia apuntó a que "un ministro no se podía desentender de sus funciones, tampoco hablar de 'pequeñas humillaciones'. Se invisibilizaron varias de nuestras demandas, no se ha hablado de educación no sexista, democracia dentro de los liceos y sus cinco meses fueron desastrosos, quizás el peor ministro de Educación que hemos tenido. Esperamos que esta realidad cambie con la nueva ministra".
Claudia Maldonado añadió que el cambio fue un intento de "dar respuestas a las reivindicaciones de las movilizaciones feministas, donde se hizo evidente su incompetencia y machismo. Varela sale por su mal manejo comunicacional y no por el modelo educativo que representa".
Joel Arroyo, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad Católica de Concepción (Ucsc) expuso que "se busca limar asperezas con lo que ha ocurrido. Los intereses del gobierno están al lado del empresariado, por eso Varela llega al cargo y no dio abasto, pues debía escuchar hartas voces y no lo hizo. Con la llegada de Cubillos la cosa mucho no cambiará".