"Lo hemos venido diciendo hace rato, pero no nos quieren creer". Esa fue la reacción de los representantes de los trabajadores de la industria pesquera ante la advertencia de algunas empresas de la zona ante, lo que muchos creen, casi inminente aprobación en el Congreso del proyecto que regula cómo se captura la jibia y que traería consigo la pérdida de cientos de empleos en Biobío.
En declaraciones a El Mercurio, que fueron refrendadas y profundizadas a este medio, el gerente de pesquera Landes explicó que se perderían 900 puestos de trabajo y cambiarían de locación, siendo Ecuador o Perú las opciones.
Andrés Fosk Belan, gerente general Pesquera Landes, remarcó que sí es una realidad la pérdida de empleos y está más "cerca de lo que pensamos. Tal cual como ocurrió con la empresa Maersk, que cerró su planta en San Antonio despidiendo a más de 1.200 trabajadores, las malas regulaciones y las decisiones apresuradas tienen consecuencias y nosotros somos los primeros en lamentarlo".
Aseguró que la estimación de pérdida de empleos en la Región del Biobío está basada en las plantas que procesan pesca industrial y artesanal. Y esa cifra sólo considera a personal de planta, no "estamos contando al personal embarcado, por lo que de aprobarse el proyecto de ley que limita la pesca de la jibia sólo a la potera estaríamos hablando de más de 900 personas".
El ejecutivo hizo ver que les sorprende la actitud del gobierno y duele la decisión que están tomando los parlamentarios, los cuales han demostrado una ignorancia feroz, pero el escenario que enfrentan es calamitoso. "Como empresa tendremos que desvincular a 200 colaboradores, en su mayoría mujeres y jefas de hogar. Lo más lamentable es que se esté sacrificando una industria, poniendo en jaque la alicaída competitividad de nuestra Región y eliminando empleos de calidad", adelantó.
Sobre la posible relocalización, Fosk indicó que lo primero es que no quieren despedir a nadie. "Es una decisión muy dolorosa que no queremos hacer. Desgraciadamente la decisión de desvincular a 200 trabajadores es la primera, pero puede que no sea la última. Llevamos dos años posponiendo inversiones ante la falta de certeza jurídica para poder construir una planta de jibia en Talcahuano, la cual entregaría más empleos en nuestra Región".
Ésta es una industria, remarcó, sumamente competitiva en el mundo, donde países vecinos han generado las condiciones que hacen todavía más difícil que nuestro país siga teniendo un liderazgo competitivo.
Adelantó que la decisión de mudar las operaciones de jibia, se tomará una vez que sepan si podrán o no continuar con la actividad en Talcahuano, ciudad en la que tienen una historia de más de 60 años.
DIRIGENTES
Juan Carlos González, del sindicato Interempresa de Capitanes y Pilotos de Naves de la Flota de Pesca Industrial, indicó que los trabajadores están espantados con esta situación, porque como cualquier persona necesitan proyectarse en el tiempo y con este escenario "no tenemos ninguna capacidad para eso y se nos amenaza con el principal patrimonio, que es nuestra fuente laboral en una actividad tan complicada como es la pesca".
Reconoció que esta situación que planteó Landes sobre las pérdidas de plazas no es nueva, pero sí lo es la posibilidad de cambio de locación, pues la incerteza jurídica que existe en el país sobre el cuerpo legal es demasiado grande.
Hizo ver que en menos de 20 años se ha cambiado tres veces la ley y ahora se quiere modificarlo de nuevo y quién dice que mañana pueda ocurrir de nuevo. Por eso "para nosotros es gravísimo y dos décadas hemos perdido más de 12.500 puestos de trabajo, se han cerrado quince plantas y se han parado más cien barcos. Si esta situación no la quieren entender los parlamentarios, no sé qué más se puede hacer".
Sobre la opción de que el Presidente Sebastián Piñera aplique un veto al proyecto si se aprueba la iniciativa, afirmó que el ministro del Interior, Andrés Chadwick, les dijo que no aceptarían que el Congreso empiece a legislar y realizar el trabajo que tiene que hacer el gobierno, menos en una situación tan grande. "Esperamos el veto presidencial, pero no hemos visto reacción y eso nos preocupa", remarcó.
A su vez, Hugo Roa, del sindicato Interempresa de Tripulantes de Naves de la Flota de Pesca Industrial, agregó que esta postura de la industria es una que va en sentido contrario a la continuidad del sector, porque esto lo vienen advirtiendo hace rato, en cuanto a que este proyecto lo único que hace es promover la precarización de la actividad nacional.
"El Poder Legislativo no ha querido escuchar a las organizaciones sindicales avisando de esta situación. Por lo demás, no sabemos quién le está pidiendo a ellos (parlamentarios) que haga esta enmienda a esta ley de pesca, en el sentido de que todos saben que los artesanales tienen el 80% de los recursos pesqueros de la jibia y no son capaces de capturarla", subrayó.
GOLPE DURO
Marcel Moenne, gerente general de Pacific Blu, reconoció que de prosperar la iniciativa, sería un golpe muy duro, ya que la operación que hacen con la captura y proceso de jibia representa la mitad de la operación de la empresa.
"La jibia nos permitió reinventarnos cuando las cuotas de merluza se bajaron a la mitad el año 2014". Explicó que hoy dan empleo directo a 1.000 personas, la mitad, es decir 500, dependen de la jibia y por supuesto se verán afectados, así como todos los contratistas y empresas de servicios, muchos de ellos pymes, que constituyen el empleo indirecto o el encadenamiento productivo que genera esta actividad.
A su juicio, la pesca artesanal de jibia es un buen complemento de la industrial, pero no la va a reemplazar. Los barcos industriales pueden pescar casi en cualquier condición de clima y generan un abastecimiento estable para las plantas. La pesca artesanal en nuestra Región sólo puede capturar, en promedio entre 5 y 7 días al mes, por razones de clima, estamos hablando de botes de hasta 12 metros, sin cubierta que sólo pueden trabajar cuando el mar está calmo.
Como dato el año pasado en el mes de enero, producto de los surazos de verano, y en el mes de agosto, producto de los temporales de invierno, no recibimos pesca artesanal ni un solo día.
Por ende, el efecto en el empleo sí existirá y no será un problema de voluntad ni de las empresas ni tampoco de los pescadores artesanales, sin abastecimiento de materia prima no hay nada que hacer.
En los meses que los artesanales pueden pescar, con pocos días de pesca y proceso, será muy difícil tener trabajadores especializados para procesar su pesca en los volúmenes que lo hacemos hoy. El empleo se reducirá y el que quede será precario sujeto a poder trabajar sólo los días que haya pesca artesanal. No descarto que en el mediano plazo terminemos saliendo definitivamente de la actividad de la jibia si se aprueba el proyecto de ley.
INCERTIDUMBRE
Finalmente, Andrés Daroch, gerente general Pesquera FoodCorp, dijo que la incertidumbre se produce en que si a futuro se cambia la forma de pescar la jibia "vamos a tener que discutir otra ley o el desarrollo en nuevas tecnologías también vamos a tener que discutirlas a través de una ley, en vez de dejarla en manos de la autoridad técnica (la Subsecretaría de Pesca) como siempre había ocurrido".
Sumó que esto crea incertidumbre sobre una serie de desarrollos y procesos de cambio de tecnología que están en curso, para discutir un tema puntual que en definitiva limita el desarrollo y crea incertidumbre sobre el futuro, la adaptación de los sistemas actuales o qué otros temas se van a terminar discutiendo en el Congreso.
Cree que más que la cantidad de trabajadores que perderían, afectaría el número de días trabajados en la planta de Coronel, dado que muchos de los trabajadores son eventuales. "Las estimaciones que tenemos son que vamos a dar trabajo a 150 personas durante 5 días en vez de los 15 actuales, bajando a un tercio la contratación en nuestra planta durante los 7 a 8 meses que dura la temporada", cerró.