Es común escuchar a los habitantes de Concepcióndecir que hace 10 años en invierno llovía intensamente por días e incluso semanas, mientras que los temporales ahora se perciben como eventos acotados. Además, las estaciones son más extremas, veranos muy cálidos y meses invernales gélidos. También es habitual encontrarse con personas sorprendidas porque en un día se puede pasar del sol a las grises nubes y lluvia, y viceversa, durante todo el año. Así, se ha acuñado el término "Tropiconce" para transmitir lo que se puede esperar del clima penquista
Ante esto, surgen distintos cuestionamientos. ¿Es una percepción o realidad? ¿Se trata de fenómenos extraños o esperados? ¿Será el calentamiento global?
"TROPICONCE"
El doctor Martín Jacques, climatólogo, investigador y profesor asistente del Departamento de Geofísica de la Universidad de Concepción ayuda a desenredar la madeja. Confiesa que aunque decir "Tropiconce" le parece atractivo, lo único acertado de vincular tropical con Concepción es la analogía de la rápida fluctuación de condiciones meteorológicas, pero que en el rigor científico la definición de tropical bajo ningún prisma se adapta a Concepción. "Las condiciones variables a escala interdiaria de Concepción son propias de esta latitud y es lo que se espera que suceda en la posición que tenemos: al Oeste se extiende el Océano Pacífico desde donde vienen los sistemas de frentes fríos de latitudes medias y al Este la Cordillera que interactúa con esos sistemas frontales que generan precipitaciones muy fuertes", explica.
Añade que "esta variabilidad del tiempo meteorológico no ha sido distinta en décadas anteriores". De hecho, en enero-febrero-marzo (datos de Carriel Sur), apunta que "la temperatura varía de un día a otro, a veces con grandes cambios dentro de una misma semana, y se ha mantenido relativamente constante para todo el periodo 1950-2018".
MENOS PRECIPITACIONES
Lo expuesto no significa que no se esté frente a cambios meteorológicos que determinen variaciones en el clima y se espera que ocurran fenómenos más extremos. Según proyecciones al 2081-2100 del Grupo Intergubernamental de Expertos para el Cambio Climático, bajo un escenario de desarrollo socioeconómico moderado, "se proyecta un incremento de temperatura de 0,5 o 2 grados dependiendo la zona de Chile. También una situación de sequía en que la precipitación desciende 10-20%", dice.
Aquí se detiene, pues la tendencia más notoria es la baja en precipitaciones, lo que puede tener distintas implicancias en la disponibilidad del recurso hídrico. Esto, incluso con el superávit de 34% que hay este año. "Hasta el 5 de abril en Concepción ha llovido 84,4 milímetros (mm). En un año normal para estos meses (promedio periodo 1981-2010) se esperan 62,9 mm. El 2017, a esa fecha, había llovido 53 mm", dice. Eso sí, agrega que "no necesariamente indica que 2018 completo será húmedo. La Dirección Meteorológica de Chile pronostica un periodo marzo-abril-mayo relativamente seco en Concepción".
PAPEL DEL HOMBRE
Según lo expuesto, Martín Jacques manifiesta que lo que ocurre y las proyecciones sobre precipitaciones tienen que ver con un cambio climático, pero no sólo por el fenómeno de calentamiento global atribuido especialmente a la actividad humana, o que aún es apresurado cifrar su impacto. "En la megasequía que existe en los últimos años en la zona central se han hecho estudios y se concluye que un cuarto de ésta se relaciona con fenómenos antrópicos (acción humana), pero la gran mayoría a la variabilidad natural del clima", precisa. Así, se podría inferir la misma estimación numérica, pero es un área de estudio incipiente en el país, ya que la climatología como comunidad científica es novedosa.
No obstante lo anterior, el experto no duda de la enorme responsabilidad que el hombre tiene en el calentamiento global y sobre esto aclara que los fenómenos meteorológicos y determinación de las condiciones medias del clima dependen de factores internos del sistema climático (como la dinámica atmosférica y oceánica) y de externos o de variabilidad forzada, algunos de origen natural (erupción de volcanes o cambios en la radiación solar que llega a la Tierra) y humanos (contaminación ambiental). "Sin forzantes externos igual tendríamos un clima variable, porque el sistema climático no es lineal. Pero, lo cierto es que sobre su variabilidad natural estamos aplicando forzantes externos que determinan que el clima se caliente mucho más de lo que se esperaría en términos naturales y se produzcan otras condiciones", sostiene, haciendo hincapié en que a contrarreloj aún se puede actuar. "Vivimos un momento crítico, no tenemos mucho tiempo, pero siempre es tiempo de hacer un cambio. Si se toman medidas drásticas a partir de la nueva consciencia ambiental se podría ayudar a frenar el calentamiento global", finaliza.