La operación renta está en marcha y este año los desafíos para las empresas y contadores son especialmente complejos. Al respecto, Hugo Moraga, director de la carrera de Contador Auditor de la Universidad Andrés Bello sede Concepción, indicó que la reforma tributaria apunta a robustecer la labor fiscalizadora del SII, pensando en disminuir la evasión tributaria, así como el retraso en las declaraciones.
A juicio del profesional, una medida que debería considerar el gobierno de turno es simplificar la reforma, eliminando uno de los dos regímenes vigentes. Advirtió, eso sí, que aquello debería considerar una fórmula correcta
para recuperar la disminución que esta medida pudiera provocar en el recaudo del tributo, ya sea en consideración al crecimiento económico o a través del aumento de otros tributos.
Moraga planteó que otro de los puntos que está tomando bastantes adeptos, es que el SII solicite a los contribuyentes cierta obligación respecto a que las declaraciones deban ser presentada por un profesional del área contable que acredite estudios en el área, lo cual hoy no es una exigencia.
Sobre un eventual retraso en las declaraciones, pese a que existe un periodo definido para ello, el académico cree que eso va a depender de cómo se lleva a cabo este proceso. Planteó que el gobierno debe estar abierto a que todo nuevo proyecto requiere una marcha blanca, en la cual se otorgue cierta holguras en tiempos adicionales. Por ejemplo, en vez de que sea solo abril, que también considere mayo.
POSIBLES ERRORES
Acerca de las complicaciones que podrían encontrar los contadores, explicó que entre los procesos que se realizaban solo para la declaración de renta en abril, varios de ellos se debieron adelantarse para dar cumplimiento a las declaraciones juradas (retiros, balances, entre otros). Esto, estimó, puede provocar ciertos errores en la declaración del formulario 22, que deberán corregirse y volver a generar una propuesta, aumentando la carga laboral de asesores y contadores.
Por ello, añadió que lo primero es entender que esta es una reforma importante, que afecta procedimientos que tienen más de 30 años, y que no se puede pretender que en su primer año de inicio no esté exenta de problemas. Eso, tanto para la institución fiscalizadora y recaudadora (SII y Tesorería) como para los contribuyentes y sus asesores del área contable y legal. Y si bien estos últimos no han tenido mayor participación en la confección de las reformas, son los llamados a ponerla en práctica.
Jorge Muñoz, socio de Tax & Legal de Kreston MCA Concepción, manifestó que las medidas de control y fiscalización son oportunas y adecuadas para fomentar y resguardar la recaudación. No obstante, dijo que "creemos que la actividad de educación y fomento del uso de las medidas tecnológicas que ayuden, complementen y faciliten la declaración de impuestos resultan mucho más eficientes en dicho sentido".
Agregó que el Servicio de Impuestos Internos (SII) ya ha hecho su aporte al retrasar el proceso un par de semanas y al condonar en forma anticipada las multas por atrasos. Con lo anterior, se busca flexibilizar la fiscalización en este primero proceso posterior a la reforma.
Entre las complicaciones que podrían encontrar los contadores, estima que se encuentra el aumento de los datos y revisiones que se deben hacer y la cantidad de información a declarar, ya que este nuevo sistema se basa en los cruces de informaciones contenidas en diferentes declaraciones juradas, de manera de revisar tanto la información antigua histórica como la que se genere en las declaraciones futuras.
Además, las declaraciones de los nuevos registros entre la comprobación de saldos iniciales, en los diferentes casos (14A y 14B ya sea con resultados de utilidades, perdidas y/o neutros) y el estudio de la aplicación de reinversión.
En todo caso subrayó que no hay soluciones que no vengan aparejadas de una nueva reforma que simplifique el sistema.
En caso contrario, lo único que resta es preparar con una buena anticipación los procesos de declaración debiendo, por lo tanto, aumentar los costes de servicios.
SIMPLIFICACIÓN
En tanto, Diego Berríos, socio director de IUS Abogado Tributario, cree que se debe simplificar en forma, cantidad, tiempo y antecedentes, el cumplimiento de obligaciones tributarias accesorias, tales como declaraciones juradas, muchas de las cuales otorgan información repetida, o bien que puede ser obtenida por el propio SII.
"Si bien era esperable la cantidad de errores y problemas derivados de la puesta en marcha de la Reforma Tributaria, esto se podría evitar simplificando los sistemas y haciendo cargo de la migración al Servicio, y no a los contribuyentes. Son éstos los que han debido implementar la reforma, monitoreados o no por el SII, y con muchas dificultades", estimó.
Acerca de cuánto se podría retrasar el proceso, el profesional manifestó que la falta de entrega de declaraciones juradas o que éstas se presentaron incompletas o erróneas, puede derivar en retrasos en la presentación de impuestos de los contribuyentes que las presentan, así como de los terceros, que dependen de las mismas (declaraciones juradas de sueldos, de honorarios, de retiros, etc.) para presentar su declaración anual de impuestos. Luego, el retraso en las declaraciones o su presentación dentro de plazo, pero tardía para los procesos de devolución, implicará que la devolución de impuestos demore, o bien no sea autorizada (por inconsistencias) o sean autorizadas en parte; También puede ocurrir que el retraso en la información lleve a contribuyentes a declarar fuera de plazo, o desconocer que deben efectuar pago y solicitar devoluciones, entre otros.
Piensa que las mayores complicaciones se han encontrado en el proceso de confección y entrega de información, mediante certificados y declaraciones juradas, previa a la declaración anual de impuestos.
"Durante el proceso de declaración propiamente tal, que ocurre durante abril, los problemas mayores van a provenir de la falta de información o certificados, o bien la inconsistencia entre los certificados y la información proporcionada al SII. Todo lo anterior tendrá impactos posteriores, con retrasos o negativas en las devoluciones de impuestos, o bien con el inicio de procesos de fiscalización tendientes a corregir los errores, demostrar la información o revisar los procesos. Lo que no significa que los contadores realizaron mal su función, pero es indudable que frente al cliente queda la sensación de desconocimiento", cerró.