Hidratación es fundamental al intoxicarse con mariscos
Los mariscos y pescados son parte importante de las recetas de la cocina chilena y la gastronomía penquista. Y, en verano, el consumo de estos alimentos aumenta, debido a que muchas personas llegan hasta las costas para disfrutar de las vacaciones.
Con una gran variedad de productos marinos para deleitarse, es importante no perder de vista que comerlos no está exento de riesgos, por lo que es preciso tomar ciertas precauciones para evitar inconvenientes.
La doctora Eliana Reyes, nutrióloga de la Clínica Universidad de los Andes, menciona que lo primero es comprar y consumir estos alimentos en lugares autorizados.
Agrega que para comprar pescados frescos, siempre hay que fijarse que estos tengan ojos sobresalientes, brillosos y transparentes. "Las escamas y la membrana de la parte abdominal deben estar bien adheridas, también deben tener un olor característico y la carne debe ser dura, firme y elástica al tacto", detalla.
Otra medida de seguridad, según lo que Reyes especifica, es que al cocinar pescados correctamente congelados o en conserva, se reducen los riesgos de sufrir algún tipo de malestar.
En el caso de los mariscos, afirma que siempre deben tener un olor fresco y estar vivos. "Esto se confirma cuando al ser tocados reaccionan cerrando sus valvas, en el caso de los bivalvos, o escondiéndose en el caso de locos y caracoles", plantea.
Añade que es importante mantener los mariscos refrigerados a menos de 5°C y siempre almacenarlos separados de los demás alimentos. "Hay que lavarlos antes de consumir y, si se quieren reducir los riesgos para la salud, se recomienda hervirlos por al menos cinco minutos, ya que el jugo del limón no cuece los alimentos", subraya. Otra recomendación es evitar la contaminación cruzada, no utilizando los mismos utensilios en productos crudos con los que estén cocidos o listos para consumir.
CASOS DE INTOXICACIÓN
Con los cuidados que explica la doctora para comer pescados y mariscos se reduce el peligro del principal riesgo para la salud de consumir estos alimentos cuando no están en buen estado: la intoxicación alimentaria. Ésta se manifiesta con dolor abdominal, vómitos, diarrea y a veces fiebre.
En ese sentido, Reyes menciona que si los síntomas son leves y de corta duración hay que preocuparse fundamentalmente de la hidratación. "Generalmente estos síntomas se producen en forma muy rápida después de consumido el alimento en mal estado", puntualiza.
Eso sí, siempre será recomendable acudir a un centro asistencial, sobre todo cuando el cuadro es severo o con síntomas que persisten.