Diferencia en salarios de hombres y mujeres supera el 25% a nivel regional
A pesar de los esfuerzos en políticas públicas por reducir las brechas de género existentes en torno al empleo y las remuneraciones, las mujeres de la Región perciben salarios un 25,6% menores que sus pares masculinos, según lo planteado por el último Enfoque Estadístico de Género e Ingresos del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Autoridades y académicos coincidieron en que para avanzar en esta materia, es necesario primero realizar cambios sociales profundos.
Las diferencias entre los ingresos de hombres y mujeres es una realidad que se replica en todas las porciones del país. Ello deja a las trabajadoras chilenas con una diferencia de sueldos promedio de -29,7%, siendo la Región de Antofagasta la que presentó la mayor brecha, con un -37,6%.
Dicha circunstancia posiciona al Biobío en el séptimo lugar de la tabla de las regiones con mayor inequidad, lo que según su seremi de Economía, Iván Valenzuela, no sólo es perjudicial para las habitantes de la zona, sino que también para el resto del país.
"Tenemos un estudio que dice que por cada 100 mil mujeres que se incorporan al mundo del trabajo, el Producto Interno Bruto (PIB) aumenta en un 0,7%. Por esto, como país debemos dar las facilidades para que las mujeres puedan sumarse a la fuerza de trabajo, y ser flexibles con sus necesidades", explicó en la oportunidad la autoridad gubernamental.
Problema transversal
El informe publicado por el INE detalla también qué sectores productivos son los que poseen mayores brechas salariales a nivel nacional.
En ese sentido, la entidad determinó que el sector económico primario fue el que menores retribuciones entregó a sus trabajadoras, ya que en él la diferencia de sueldos fue de -45%. El secundario, en tanto, hizo lo propio otorgándoles -37,7% de ingresos, mientras que el terciario fue el que menores disimilitudes registró, con un -34,2%.
Por otra parte, la entidad también estableció que los rangos etarios en los que las mujeres se han visto menos favorecidas son los comprendidos entre los 45-54 (-40,8%), 35-44 (-36%) y 65 años y más (-35,5%).
Por el contrario, aquellos tramos en los que las trabajadoras chilenas son mejor remuneradas son justamente los más jóvenes, debido a que el de los 25-29 años registró una diferencia de -14,4%, seguido por el de los 15-24, con un -18,1%.
En relación a lo anterior, el académico de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad del Desarrollo (UDD), Carlos Smith, explicó que las causas detrás del marcado fenómeno deben entenderse como un problema social. Esto, debido a que a su juicio, las mujeres son percibidas como menos capaces, tanto para la realización de trabajos como para la adopción de posiciones de alta responsabilidad.
Dicha visión, según su perspectiva, no sólo es errónea, sino que también altamente discriminativa, ya que las empresas suelen castigar a las trabajadoras tanto a nivel de contrataciones como de salarios.
En ese sentido, el académico explicó además que como la inequidad es un problema transversal en la sociedad chilena, sus soluciones también deben abordarse desde la mayor cantidad de perspectivas posibles. Por ello, Smith enfatizó en que "algunas de ellas van por eliminar los estereotipos, especialmente en edades tempranas. Adicionalmente, se puede incentivar a las mujeres a estudiar áreas que se creían que eran casi exclusivas de hombres como las ciencias y las matemáticas, las que en general, reciben mejores remuneraciones".
Más alla de lo político
Los esfuerzos realizados hasta la fecha en materia de equidad por el actual gobierno difícilmente pueden ser puestos en duda. La agenda de género impulsada por el Ejecutivo consideró la creación de nuevos jardines infantiles, y la instauración de algunos enfoques no sexistas, tanto en la enseñanza básica como media.
De acuerdo a Smith, las reformas no sólo debiesen considerar el plano asistencial, sino que también el laboral. Ello implicaría realizar modificaciones al Código del Trabajo, lo que entregaría más grantías.
"Podría cambiarse el artículo 203, y entregar el beneficio de sala cuna todos los trabajadores, tanto a hombres como mujeres. El costo debería ser asumido por todos ya que si bien hoy el pago de esto es de parte del empleador, al final lo están asumiendo las mujeres, con un menor salario".
Otras medidas considerarían la alteración del rol que hoy cumple la Dirección del Trabajo, con la finalidad de que esta entidad cuente con las herramientas necesarias para fiscalizar el cumplimiento de la igualdad de ingresos. Adicionalmente, podrían entregarse más y mejores capacitaciones para que las mujeres puedan incorporarse a las diferentes áreas productivas, medida que ha dado sus frutos en otros países, como Estados Unidos.
No obstante, Smith detalla que para que dichas reformas tengan efecto, debe existir primero un cambio a nivel cultural, en el que tanto empresarios como trabajadores reconozcan de manera igualitaria el rol de la mujer en la sociedad. Esto, según el economista, puede ser logrado a través de la educación a temprana edad.