Extranjeras denuncian malas prácticas de sus empleadores en Concepción
Que cambien el acento, trabajen sin derecho a colación u horas extras, o que reciban sueldos que a fin de mes no corresponden a lo pactado al momento de la firma del contrato, son algunas de las amargas experiencias laborales que un grupo de mujeres venezolanas ha vivido en nuestro país y que relataron a Diario El Sur.
Por distintos motivos las mujeres iniciaron un viaje sin retorno hasta suelo nacional en busca de la estabilidad social y económica que su país no les estaba brindando.
Para resguardar su estabilidad laboral y por miedo a represalias o que ya no fueran consideradas para nuevos empleos, las mujeres decidieron identificarse sólo con su nombre de pilar. Así, María y Carolina, entregaron detalles de los abusos laborales a los que se vieron sometidas y que las obligaron a renunciar a sus trabajos.
"CAMBIA EL ACENTO"
María (34) ayer cumplió un año en Chile y, aunque reconoce que la mayor parte de este tiempo ha estado plagado de buenos momentos, carga con el peso de una las experiencias más amargas que le ha tocado vivir. Esto ocurrió cuando su jefa en una tienda de ropa le pidió que cambiara el acento, porque así no podía seguir trabajando.
Sin revelar el nombre del lugar, por miedo a que eso cierre las puertas a otras compatriotas, María contó que los problemas comenzaron a las dos semanas de haber comenzado a trabajar allí.
"El ambiente estaba demasiado hostigoso, muy tenso. Cuando llegaba la señora (jefa), la gente le tenía miedo en vez de respeto. Yo siempre he pensado que a estas personas que son empresarias y han surgido son admirables, porque quizás han pasado crisis económicas y han sabido mantenerse vigentes; pero otra cosa es el miedo", contó.
Pese a que es socióloga de profesión y con una amplia experiencia en el ámbito educacional, María no pierde la esperanza de encontrar trabajo en lo que a ella le gusta. "Nosotros vinimos a trabajar y espero que pronto pueda encontrar trabajo en lo que yo estudié. Ahora estoy esperando a que me llamen para una entrevista, así que sólo tengo que esperar", contó.
menos sueldo
Otro caso similar es el de Carolina, que con 27 años dejó su hogar en Venezuela buscando mejores oportunidades laborales. Su viaje lo gatilló el asesinato de su cuñado durante un asalto nocturno. Esa fue la gota que rebasó el vaso y la envalentonó a viajar hasta Argentina con una amiga para trabajar. Sin embargo, después de varios inconvenientes y contratiempos, llegó hasta Concepción para trabajar en una clínica de belleza.
"Llegué a Concepción porque ya me tenían trabajo, pero el detalle que no sabía era con la jefa que me iba a encontrar. Al principio estaba todo muy bien, la señora era chévere. Me hizo un contrato por un año en el que me iba a pagar el sueldo mínimo ($276 mil) más las imposiciones, pero cuando llegó fin de mes sólo me canceló $200 mil por la producción que había hecho durante el mes", contó la mujer que en Venezuela estudiaba Recursos Humanos, pero que no alcanzó a terminar la carrera.
FISCALIZACIÓN
Respecto a estos casos, el seremi del Trabajo y Previsión Social, Rodrigo Alarcón Quezada, informó que a la fecha la Inspección del Trabajo ha realizado 80 fiscalizaciones en distintas empresas, no sólo en las que se desempeñan extranjeros, sino que en distintos puntos de la Región. De ellas, 13 terminaron con sanción por 41 incumplimientos.
Paulo Otárola Quintana, director regional del Trabajo, manifestó que aumentará las fiscalizaciones para poder pesquisar más casos como los descritos anteriormente, aunque reconoció que esto no sólo afecta a extranjeros, sino también a los nacionales.
Añadió que los casos son menos de los que uno cree.
"Queremos aumentar las fiscalizaciones, pero eso también tiene la dificultad de que no existe una agrupación de trabajadores extranjeros, por lo que la falta de una cabeza visible dificulta que se puedan visibilizar casos como los que describe", precisó.
El seremi Alarcón agregó que "cualquier extranjero que se encuentre trabajando en Chile y vea que un empleador no está dando cumplimiento a lo acordado en los contratos de trabajo, o sean vulneradas sus garantías laborales a través de agresiones verbales o acoso laboral, debe denunciar a la Dirección del Trabajo a través de sus inspecciones comunales".
El seremi recordó que no denunciar estos casos -no sólo extranjeros, sino también los nacionales- "abre la posibilidad de que este tipo de empleadores abusivos se multiplique y esto se transforme en una práctica que no deseamos en nuestra región".