Alberto Fuguet no busca agradar a todos
Con más de 50 asistentes, Alberto Fuguet protagonizó ayer el conversatorio "Fuguet en VHS", que gestionó la Universidad del Desarrollo, en el marco de la presentación de su última crónica autobiográfica "VHS (unas memorias)".
El escritor, en conversación con el docente Sebastián Grant, hizo un extenso recorrido por su carrera literaria, su profesión como periodista y su etapa de cineasta.
En relación a su nueva obra, el autor quiso plasmar en papel muchas de las experiencias adquiridas durante su adolescencia y juventud, en los años 80.
"Se trata de un libro de memorias, pero un libro de memorias distinto al típico, entre otras cosas, el libro de memoria tiende a no pasar por el cine, por ejemplo. Los libros de memoria tienden a no contarlo todo, y creo que fui bastante explícito, bastante abiertos en mis recuerdos", señaló.
Otro de los temas que destacó en medio de la jornada, tiene relación con el vínculo que ha mantenido con el cine desde que era muy pequeño. En ese sentido, reconoció haber pasado gran parte de su juventud en las antiguas cinetecas de Santiago, acompañado de clásicos como Annie Hall y Buscando a Mr. Goodbar.
LITERATURA REBELDE
Sobre la decisión de contar su propia historia a través de la literatura, el autor señaló que "me atraen poco y nada los autores o artistas que hacen algo muy distinto a lo que son ellos mismos. Me parece que el arte nace realmente desde adentro. Existen montones de autores que sus obras poco y nada tienen que ver con su biografía, a mí, esa gente me interesa poco. Y por el contrario, los artistas que tienden a ser reconocidos, es porque su obra se parece bastante a su vida o a su biografía", apuntó.
Desde su debut en el mundo de las letras con el cuento "Sobredosis (deambulando por la orilla oscura)" en 1990, Fuguet dice que nunca se ha preocupado por escribir en función de agradar a todas las personas.
"Me parece que la literatura siempre se arma a partir de la rebeldía, y esta no tiene porqué ser algo negativo. La gente cree que la rebeldía es un insulto. Lo que uno trata de escribir son cosas distintas, sobre todo uno se rebela en el sentido de no escribir exactamente lo que han escrito otros. Creo que parte de la literatura y el arte es incomodar ", concluye.