La llama olímpica llegó ayer a Corea del Sur para iniciar un recorrido de 100 días a través del país asiático antes de encender el pebetero el 9 de febrero en PyeongChang, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018.
La delegación surcoreana portadora del fuego olímpico, que incluye al presidente del comité organizador, Lee Hee-beom, y a la ex campeona olímpica y mundial de patinaje artístico Kim Yu-na, aterrizó en el aeropuerto internacional de Incheon, próximo a Seúl.
La llama fue prendida en el templo de Hera, en Olimpia, el 24 de octubre y tras recorrer Grecia durante ocho días fue entregada a la delegación surcoreana, que la transportó en una urna especial a bordo del avión que ha cubierto los 8.500 kilómetros que separan Atenas de Incheon.
"El sueño se hizo realidad y el día de hoy supone un importante símbolo de orgullo para nuestro trabajo y nuestra pasión a la hora de traer a nuestro país el más apasionante de los eventos deportivos de invierno", dijo tras el encendido el presidente del comité organizador.
"Espero que durante los próximos 100 días realmente podamos hacer que todo el mundo brille", añadió Lee en referencia al lema que se escogió para el relevo de la antorcha olímpica: "Let everyone shine" ("Dejemos que todo el mundo brille", en inglés).
La primera portadora de la antorcha fue la patinadora artística You Young -que en 2016 y con solo 11 años se convirtió en la campeona nacional más joven de la historia surcoreana.