Exposición de Salvador Dalí es un lujo local
Un aspecto destacable de "La divina comedia de Dalí", es la disposición y cuidado con que fue montada esta exposición de 42 xilografías del artista español, en la sala del Arzobispado de Concepción, a un costado de la Catedral, en el marco del aniversario de la capital regional en sus 467 años.
La puesta en escena de la misma permite que el visitante -hasta el viernes se habían contabilizado alrededor de 2.500 personas- recorra y se deje llevar por la bella imaginación de este representante del surrealismo. El mismo que acá hace una personal y lúdica lectura de la obra del italiano Dante Alighieri publicada en 1472.
Cedida desde su colección por Pablo Guayasamín, nieto del connotado pintor ecuatoriano Oswaldo Guayasamín, originalmente Dalí representó la obra del poeta italiano en 100 cuadros (33 xilografías sobre el infierno, 33 del purgatorio y 33 del paraíso, más la imagen de Dante que es la propia de Dalí).
Y aunque en un momento Guayasamín llegó a tener los 100, temas de herencia llevó a la colección se dividiera (está en la familia desde 1982). De hecho Pablo tiene bajo su cobijo las 42 piezas actualmente exhibidas en Concepción desde 1982.
LA OBRA DE UN GENIO
Salvador Dalí trabajó en esta abultada serie entre los años 1960 y 1964, siendo rescatada y especialmente motivada por la intervención del Papa Pío XII. "Cuando Dalí tiene definido el proyecto, el gobierno italiano dio un pie al costado por las críticas públicas de que un pintor español surrealista contara la historia de un italiano", cuenta el nieto de Oswaldo Guayasamín, apasionado seguidor del artista español fallecido en 1989 a los 85 años.
En este marco, y entendiendo que el pintor había asumido este trabajo con mucha pasión, Pío XII lo invita a que la obra deba ser expuesta, "su visión onírica de este canto", donde -hay que anotarlo- también converge Gala, mujer de Dalí y su gran musa inspiradora.
Es en este marco donde primero se editó un libro con las ilustraciones, donde también Dalí concibió la idea de recrearlas en esta serie xilográfica auspiciada en su momento por Joseph Foretquien. De este modo, contando con la colaboración de los grabadores en madera Jacquet y Taricco, el español emprende el proceso de pasar las 100 acuarelas originales a 3.500 tacos xilográficos (uno por cada color y 35 para cada una).
"Técnicamente, que cada una de estas obras tenga 35 colores de descomposición es una genialidad", destaca Pablo Guayasamín, respecto a lo complejo de la labor.
El representante de la colección señala que el público podrá apreciar "la magia de Dalí" en cada una de las obras expuestas ahora en Concepción.
"Él estaba totalmente sumergido en el surrealismo, pero para interpretar esta serie debe volver a sus orígenes como genio de la pintura figurativa. Por lo tanto, acá se aprecia la calidad de Dalí desde lo figurativo a lo surrealista, por lo que es casi una exposición retrospectiva", explica sobre esta iniciativa dispuesta en la zona hasta el 24 de noviembre.
Entre los cuadros con que se podrá sorprender el público en esta "Divina comedia de Dalí" aparecen algunos destacados y reconocidos, como "Las 7 puertas", a partir del cual desaparece el mundo figurativo y "todo comienza a ser empieza a ser aire y fe", en palabras de Guayasamín.
"Es una exposición de mucha belleza, donde Dalí traspasa 100 acuarelas (ilustraciones), eligiendo la técnica de la xilografía, porque era la que mejor representaba la acuarela según él", sostuvo, sobre la exposición producida en nuestra ciudad por la corporación educacional Aldea Rural en colaboración con el municipio local.
- Él entiende que surrealismo le pega perfecto a la visión de los sueños de la realidad. Se pueden apreciar imágenes con movimiento y están estancadas, pero ésta sigue moviéndose. Por eso creo que el alma de Dalí encuentra una imagen perfecta, de lo contrario, no se habría interesado en la Divina Comedia.
- Sí, y por eso la gente debe llegar con la idea de meterse y perderse en la obra sin complejos. Enfrentarse a la misma como el dictado del pensamiento que planteaba Breton y los surrealistas.