Derribar los estigmas, el gran desafío de la sociedad
Hoy, 10 de octubre, se conmemora el Día Mundial de la Salud Mental, una instancia para reflexionar sobre la realidad que, en esta materia, nos rodea.
Cuando pensamos en salud mental, habitualmente, lo que se nos viene al pensamiento no es precisamente la salud, sino el sufrimiento que deriva de tener un diagnóstico psiquiátrico. Y nos hemos acostumbrado a incluir esta terminología en nuestra vida cotidiana, con dichos como estoy "depre", anda "bipolar", eso es "esquizo", entre tantos otros vocablos que se han instalado en el acervo popular.
Si nos detenemos a pensar un poco, estas palabras se usan para denotar aspectos negativos de una persona o situación. Por que el tener un diagnóstico psiquiátrico constituye una especie de defecto con el que se tiene que lidiar. Esto implica que además de hacer frente al malestar que generan los síntomas, tenemos que enfrentar el estigma que acompaña al diagnóstico.
Pero, ¿cómo no tener una visión negativa si la prensa, las películas y en general los medios de comunicación, presentan a las personas afectadas como violentas y agresivas o por el contrario como "pobrecitos" a los que hay que ayudar? Estas visiones, estereotipadas y prejuiciosas, no sólo son imprecisas, y de hecho las cifras no respaldan estas creencias, sino que también tienen nocivas consecuencias en la vida de los sujetos. El estigma se hace carne en la discriminación y ésta se expresa de múltiples formas; algunas muy notorias como las dificultades en el acceso al empleo, pero también otras más sutiles como el esperar más que el resto en una fila o no ser escuchado en una opinión.
Cuando se vive permanentemente en un espacio social donde las interacciones son desiguales, la parte menoscabada, con el paso del tiempo, puede terminar creyendo que efectivamente hay algo en ella que es reprochable y vergonzoso, es decir, se percibe con los ojos de quienes juzgan.
Es por eso que superar la barrera que nos impone el estigma es un desafío y tal vez es el gran desafío de la salud mental, pues por su naturaleza relacional se infiltra en los distintos espacios sociales. Hace algunos años la Organización Mundial de la Salud introdujo el lema "no hay salud mental sin comunidad", pero yo diría "no hay salud mental en una comunidad estigmatizadora". No basta con estar juntos, es central valorar nuestras diferencias.
, académica Depto. de Psicología, UdeC