Aprender lengua materna y extranjera sigue proceso cerebral que es similar
Como profesor de inglés y francés, Roberto Ferreira Campos siempre quiso entender cómo era el proceso de aprendizaje de una lengua extranjera y su representación a nivel neuronal. Una motivación que lo llevó a estudiar un doctorado en la Universidad de York (Inglaterra) y también se transformó en el impulso para desarrollar investigación en este campo.
Hoy, especializado en Psicolingüística y Neurociencia Cognitiva, y a cargo del Departamento de Lenguas de la Facultad de Educación de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, donde también es profesor asistente, está ad portas de culminar el proyecto Fondecyt "Aprendizaje léxico en hablantes bilingües", iniciado en 2013.
Éste considera distintos estudios y continúa la línea investigativa que siguió en su tesis doctoral sobre la representación neuronal del aprendizaje de una nueva palabra respecto a las que se conocen, usando técnicas de neuroimagen como la resonancia magnética, pero ampliando la mirada para comprender cómo se genera el aprendizaje de una lengua extranjera frente a la materna, analizando su representación neuronal con el uso de neuroimágenes y métodos conductuales, como la medición del tiempo de reacción, explica.
Se trata de un campo investigativo poco explorado en Chile según Ferreira, pues técnicas como resonancias magnéticas se aplican en estudios del ámbito de la salud y no del lenguaje, no así en países como Holanda, donde además el tema del "bilingüismo" es uno muy indagado, pues gran parte de la población habla dos idiomas.
Para realizar su investigación, incluyó hablantes nativos de español y el aprendizaje del inglés como segunda lengua. Esta parte del proyecto, que implicaba la aplicación de neuroimágenes, la realizó en Londres con estudiantes de posgrados, tanto chilenos como extranjeros. El análisis conductual lo hizo en Chile.
NIVEL DE ACTIVACIÓN
Respecto a la forma en que se almacenan las palabras de una lengua extranjera y su representación neuronal, ha existido discusión, dice el investigador, y el cuestionamiento es cómo se explica que al hablar una segunda lengua no se mezclen las palabras.
Esta razón ha dado pie a que haya teorías que señalan que las lenguas se representan en áreas distintas. "Si eso fuera así, inglés y español deberían activar zonas cerebrales diferentes", dice; sin embargo, el estudio plantea otra cosa.
"Vimos que son las mismas zonas las que se activan, tanto en el procesamiento de la lengua materna como de la extranjera. Lo que sucede en la extranjera, como es más difícil al comienzo porque no hay mucha fluidez, es que hay otras zonas del cerebro que también se involucran. Son aquellas que tienen que ver más con procesos cognitivos, funciones ejecutivas, ubicadas en la corteza pre frontal principalmente, además de las zonas tradicionales del lenguaje", explica.
En relación a lo anterior, destaca que es importante mencionar que en general, el cerebro está siempre activo y las diferencias se relacionan con los niveles de activación. "Cuando uno es fluido en la lengua extranjera, el procesamiento es muy similar a la lengua materna. Esas zonas extra que presentan mayor nivel de activación tienen que ver, básicamente, con procesos ejecutivos por el esfuerzo que el individuo hace para ir aprendiendo una lengua distinta. Éstas comienzan a disminuir su activación en la medida que el proceso es más fluido", manifiesta.
DIFICULTAD ADQUIRIDA
Lo hallado por su investigación le permite a Ferreira apoyar la hipótesis de que "las diferencias que se generan en el aprendizaje de la lengua materna y extranjera tienen que ver con las características intrínsecas de cada una". Algo en directa relación con dificultades adquiridas por algo obvio y no por capacidad y que vale la pena relevar: la lengua materna se aprendió primero.
El mejor ejemplo para comprender lo expuesto es que en el inglés las palabras son más irregulares en cuanto a su escritura-lectura y pronunciación, mientras el español es más fonético.
Lo anterior está muy ligado con la incorporación de nuevas palabras al léxico y Ferreira plantea que pese a la dificultad descrita, la balanza se inclina a favor de la lengua extranjera, porque las personas serían incluso mejores en ello cuando tienen un nivel avanzado. "Creo que esto es porque están más acostumbrados a palabras nuevas en la lengua extranjera que en la materna. Al tener un léxico más reducido en la extranjera les es más fácil integrar nuevas palabras, mientras que en la lengua materna, al tener un léxico más amplio, integrar nuevas palabras parece más difícil", reflexiona.
"NEUROMITOS"
Por los resultados de sus estudios, a Roberto Ferreira le parece pertinente detenerse a derribar lo que denomina como "neuromitos", que aunque no son hallazgos de su investigación sino parte de los conocimientos de su especialización, espera poder contribuir en la tarea de erradicar falsas creencias en torno al aprendizaje.
"Mucha gente cree que hay un periodo crítico para aprender otras lenguas y que a partir de los 7 años se vuelve muy complejo aprender un segundo idioma o es imposible aprenderlo bien. Un mito, porque se ha demostrado que hasta muy elevada edad uno continua aprendiendo, el cerebro es bastante flexible", afirma.
En ese sentido, el no aprender un nuevo idioma en la adultez se relaciona con las actividades de las personas o falta de oportunidades para aprender y ponerlo en práctica, pero no por falta de capacidad, recalca el experto.
También agrega que hasta hace unos años todo apuntaba a creer que con el paso del tiempo sólo se iban perdiendo neuronas. Hasta ahora, porque sostiene que "investigaciones han descubierto que en zonas del cerebro como el hipocampo, involucrada con el aprendizaje, hay neurogénesis, se están regenerando neuronas y eso continúa a lo largo de toda la vida. Eso hace que el cerebro se mantenga flexible y siempre se esté aprendiendo".
Un mensaje que sabe que es muy esperanzador, así como también lo es su planteamiento respecto a la creencia de que las personas sólo usan el 10% de su capacidad cerebral-mental. "En realidad estamos ocupando el 100% del cerebro siempre, el punto es cómo lo estamos ocupando", manifiesta para finalizar.