Naturaleza, arte y territorio se proyectan como presencia presente en "Ser paisaje", el nombre de la primera exposición individual de Patsy Milena (Muñoz) en la Pinacoteca.
Es, también, la invitación que hace esta artista penquista -estudió Licenciatura en Arte de 2006 a 2009 en la UdeC- para ser parte del territorio, como cuerpo/persona capaz de redescubrirlo a partir de su representación.
En este caso, a través de 17 obras, dos de ellas polípticos, compuestos por varios cuadros de pequeño formato, que también apuestan por explorar la memoria del visitante. "Promoviendo su exploración real, vinculándonos de verdad, siendo parte del lugar para valorarlo como paisaje", apunta Patsy Milena (1987).
De ahí la elección del título de la muestra, que estará abierta al público hasta el 24 de septiembre.
"Elegí 'Ser Paisaje' como título, porque buscaba la forma de promover una actitud consciente de vinculación de las personas con la naturaleza a través del arte. De este modo, tiene la intención de ser una invitación a sentirnos parte del paisaje", señala la artista que en sus trabajos logra una expresiva relación con el espectador. Allí aparecen tensiones y calmas de un paisaje que, efectivamente, pareciera instalarnos en el lugar.
LA OBRA DEL PAISAJE
Para Patsy Milena los lugares señalan hacia el Concepción del río Biobío, como también Mérida, México, donde tuvo una residencia entre abril y agosto del año pasado.
"El paisaje es un constructo cultural, una conciencia que tenemos luego de que nuestra educación o nuestra sociedad nos enseña el valor de un territorio desde el arte, desde la fotografía, el cine, la literatura (...) El paisaje es entonces un territorio valorado. Pero para valorar nuestro territorio, su belleza, su particularidad, primero debemos generar acciones. Una de ellas es fortalecer nuestro vínculo con los espacios naturales, vivirlos, recorrerlos, explorar y cuidarlos", comenta, haciendo referencia al texto "Breve tratado del paisaje" de Alain Roger. "En este libro se hace una distinción entre los lugares como "país", aludiendo a su condición física-geográfica, y como "paisaje", lo que hace referencia a la valoración estética y subjetiva de los lugares", agrega sobre la exposición que reúne obras realizadas durante 2016, parte de una muestra anterior "Fluvial", sumando varios nuevos trabajos realizados durante este año con la incorporación de nuevas materialidades y formatos (las técnicas abordadas son mixtas: óleo y acrílico sobre tela, acrílico sobre nylon, collage). Además, se proyecta un video, resultado del registro de una instalación que hizo la artista en Mérida y que repitió en distintos lugares de la región del Biobío.
- Ambos son muy ricos en vegetación, aguas y recursos naturales, aunque diversos entre ellos. Ambos van a perder si no hay un cambio en la educación para valorar y cuidar la naturaleza.
- Sí y la ribera del río también, su follaje, vegetaciones (...) No sólo el río mismo, sino que sus alrededores, los que lamentablemente muchas veces se transforman en basurales.
Señala que estando en tierras mexicanas se hizo más consciente de la particularidad de nuestro territorio. "Allá es todo diferente, el clima, la vegetación, los colores. Comencé a pintar el paisaje de mi región desde mis recuerdos, ya no desde la fotografía, como lo había hecho antes", dice en palabras que remiten al ejercicio creativo de los impresionistas.
"Me di cuenta de que había construido progresivamente una extensa imaginería de detalles del río, del agua, de la vegetación, los humedales. Todo eso estaba en mi memoria -quizás no de manera tan consciente- lo había construido mediante la experiencia de la observación directa, pintando, tomando fotos, recorriendo los lugares, seleccionando, dibujando. Entonces decidí tener la libertad de representar según el recuerdo, así mi trabajo tiene la carga de lo vivido de manera subjetiva.