Casi un tercio de los chilenos están en situación de pobreza
¿Cuánto ayudan los subsidios y las transferencias del Estado a la población más vulnerable?, ¿cuál es la magnitud de la pobreza de no considerar subsidios ni transferencias?, ¿cómo afecta en el cálculo de la pobreza la inclusión del llamado "alquiler imputado"?,¿qué sucede si la línea de pobreza se elabora en relación a la Canasta Alimentaria de Calidad en lugar de la Canasta Básica de Alimentos?
Estas fueron las preguntas cuyas respuestas buscaron conocer los economistas e investigadores de la Fundación Sol, Gonzalo Durán y Marco Kremerman en su reciente estudio "Pobreza y la fragilidad del modelo chileno Nuevos indicadores para el debate de pobreza en Chile". Para ello, utilizaron la metodología de la micro simulación, utilizando la base de microdatos de la Casen 2015.
El "alquiler imputado", es el valor imputado al propietario de una vivienda como ingreso del hogar, equivalente al costo que tiene un arriendo en el sector o manzana donde habita.
lineas más exigentes
El estudio revela, según describen, la gran sensibilidad que tienen los resultados de la pobreza en Chile. Así, según sea el tipo de ingreso que se utilice (o que se contabilice en los distintos hogares), las personas en situación de pobreza pueden fluctuar entre 2.046.404 (considerando ingresos totales) y 4.719.633 (considerando ingresos autónomos). Esto es, entre un 11,7% y un preocupante 26,9%. Pero, si se trabaja con líneas de pobreza más exigentes, las personas en situación de pobreza pueden fácilmente superar los 7 millones de personas (esto es un 41,6% de pobreza, considerando el caso de la canasta de alimentos de calidad e ingresos autónomos).
Si se busca evaluar que tan efectivos son los salarios en Chile para superar la pobreza, el indicador más adecuado parece ser el expuesto en este estudio: pobreza medida con ingresos autónomos. Aquí, la respuesta a la luz de los datos es categórica: con los salarios existentes y considerando ingresos disponibles (sin alquiler imputado), un 26,9% de los chilenos y chilenas está en situación de pobreza. Este dato queda oculto por dos factores: por el aumento de los ingresos del hogar producto de los subsidios (política de bonos) y por el poco conocido alquiler imputado. Ambos elementos resultan determinantes al momento de discutir el problema de la pobreza en Chile.
debate inexistente
Los cálculos muestran que para llegar al 26,9% basta con retirar los subsidios y la imputación de ingresos que se les hace a los hogares que son dueños de sus viviendas (o que se les han cedido) o que están pagando por esta. Este debate que es técnico y por sobre todo político es prácticamente inexistente y termina por afectar a millones de personas que percibiendo salarios al límite son considerados fuera de la pobreza. Una situación similar se puede ver con la población adulto mayor, con este indicador la pobreza supera el 30%.
Si bien en los últimos años se ha actualizado la metodología para calcular la pobreza por ingresos e incorporado la pobreza multidimensional, no ha existido un debate de fondo en relación a las cifras aquí divulgadas.
mercado del trabajo
Para el director del Departamento de Economía de la Universidad de Concepción, Claudio Parés, las decisiones metodológicas que se toman no son inocuas. "Sin embargo, el cuestionamiento de ellos es otro: es que no es el mercado del trabajo el que saca a la gente de la pobreza, son las ayudas estatales, tanto a través de los subsidios habitacionales (que "aportan" al ingreso calculado a través del "alquiler imputado") y otros bonos o aportes. Sin ellos, más de un cuarto de la población vive por debajo de la línea de la pobreza".
Lo anterior, dijo, "se relaciona con las terribles desigualdades salariales y la baja productividad: gente pobre y literalmente mal educada no va a tener buenos salarios porque no va a poder aportar productivamente en ninguna empresa, porque no tiene la preparación, fue mal educada, y con eso no va a poder salir de la pobreza. Pero como viene el Estado y le subsidia una casa, le complementa el ingreso con bonos, subsidios, y otras cosas, maquillamos el problema y respiramos aliviados".
"Con una buena educación y empresas que pagaran mejores salarios se rompería el círculo vicioso y el Estado se haría menos necesario, con lo que la disputa ideológica actual terminaría revirtiéndose, precisó.