Hoy, toda la información, ya sea de las personas, de las empresas y organizaciones, como de las instituciones públicas está puesta en red, pues las herramientas tecnológicas, de la mano de internet, han brindado un espacio que permite desde guardar y compartir archivos y datos, hasta informarse, comunicarse e incluso realizar trámites.
Sin embargo, los sistemas no son inquebrantables y acceder a los datos a través de internet y utilizarlos, para bien o mal, es fácil. Los hackeos masivos que se han dado alrededor del mundo son el mejor ejemplo de esta vulnerabilidad, planteó la periodista Soledad Onetto. Éste fue, de hecho, uno de los focos que abordó en su charla "El cibersecuestro de la información", que ofreció la semana pasada en el contexto del desayuno empresarial que Duoc UC sede Concepción organizó para sus colaboradores.
En la instancia, la profesional egresada de la Pontificia Universidad Católica de Chile, hizo énfasis en que actualmente la información es tremendamente valiosa y no sólo por su contenido e implicancias personales o sociales que puedan tener, sino porque esto conlleva a que también tenga precio. "Los hackers ya no sólo atacan las páginas para demostrar poder y lo vulnerable que son los sistemas, lo hacen para cobrar por recuperar la información y que los organismos o personas puedan acceder nuevamente a ella", dijo la reconocida conductora de noticias en televisión y quien en su trayectoria se ha destacado por cubrir temas relacionados con tecnología.
USO MASIVO
Siempre dejando claro que sus planteamientos no son desde una mirada experta, sino periodística, la temática abordada por Onetto es contingente y de interés masivo, por ende de gran utilidad, ya que según afirmó "aunque algunos digan 'hay que subirse al carro de la tecnología', en realidad todos estamos en él". Su opinión no es antojadiza, pues basta con mirar al lado, al compañero de trabajo o de universidad, a los estudiantes del colegio, a las personas transitar por las calles o en la propia casa para reconocer que prácticamente todos tienen un dispositivo tecnológico como computador o una tablet y que es muy difícil encontrar a alguien que no utilice alguna red social o las herramientas disponibles de la mano de internet. "Creo que un común denominador de nosotros es que además de que somos seres humanos, todos tenemos un celular hoy y además es un teléfono inteligente", apuntó.
PRIVACIDAD ENGAÑOSA
smartphone
Para ejemplificar explicó que "lo que doy a conocer en Twitter, eventualmente le podría servir a un empleador que me vea como una potencial candidata, quien va a ir a mi cuenta y revisar lo que pienso en materia política o de religión; ahí están mis opiniones, parte de mi pensamiento. Si se va a Instagram verá mis fotografías, allí se ven reflejados parte de mis ambientes, quiénes componen mi grupo o qué es lo que me gusta. Lo mismo que ocurre en Facebook. Y por más privada que esté la cuenta, hay quien tiene acceso a esas imágenes, a esos momentos, a esos textos, a todo lo que comunicas. Ahí hay una donación de la privacidad y absolutamente todo lo que comunicas es información que otro puede tomar para conocerte mejor, pero también para engañar o para cometer un delito en contra tuyo".
PROTEGER PARA DISFRUTAR
Este acceso masivo a la información y exposición de lo íntimo a través de las plataformas sociales internet, servicios de e-mails y las aplicaciones, supone varios desafíos, siendo el esencial tomar consciencia de la importancia que tiene esta información, manifestó Soledad Onetto. "Tengo que proteger mis datos y eso implica analizar cuánto quiero contar de mí, cuánta información necesitan otros tener de mí y cuánta de mi privacidad estoy dispuesto a dar con fin de obtener un beneficio como usar una aplicación de descarga gratuita que a cambio me pide datos personales", precisando que es a través de los correos electrónicos por donde llegan gran cantidad de los ataques cibernéticos.
Al respecto, recalcó que uno de los errores más graves que una persona puede cometer es creer que es a prueba de balas en lo que refiere a seguridad y no está expuesta a los riesgos, apuntando que es el usuario el gran responsable de la gestión y cuidado de la información que entrega.
"También es primordial la educación, sobre todo en los niños, respecto a hacerles entender, por ejemplo, que las redes sociales, por mucho que la cuenta esté privada son lugares públicos en tanto hay otros que tienen acceso a toda la información allí disponible, y que uno se expone a que vean y hablen de ti y tu intimidad", destacó.
Lo anterior es fundamental para disfrutar de esta herramienta poderosa, que si bien ha conllevado un proceso de desarrollo con variados riesgos que generaciones anteriores no tenían, también otorga grandes beneficios de los que otros no pudieron gozar, pues la conexión ha brindado múltiples posibilidades de derribar barreras y expandir los horizontes en los más diversos ámbitos, desde lo económico hasta lo académico, social y cultural. "Para Chile, un país tan encerrado entre la cordillera y el mar, hoy las opciones de establecer negocios y hacer puentes de comunicación y conocimientos son infinitas. Creo que el mundo que estamos viviendo y sobre todo que van a vivir y aprovechar al máximo los más jóvenes , es fabuloso, con un nivel de conectividad e introducción al conocimiento es nunca antes visto", finalizó.