Rusia muestra en vuelo sus "joyas militares"
El mundo vio ayer por primera vez en vuelo un prototipo del nuevo caza ruso MiG-35, en una exhibición aérea en el XIII Salón Internacional de Aviación y del Espacio (MAKS, por sus siglas en ruso) inaugurado en Zhukovski, en las afueras de Moscú.
El buen tiempo acompañó en la exhibición, en la que también se mostraron en vuelo el primer caza ruso de quinta generación T-50, el avión anfibio Be-200 y el avión de pasajeros Sukhoi Superjet-100. El nuevo aparato de la legendaria casa MiG, que heredó la composición aerodinámica del MiG-29 -uno de los cazas más populares de cuarta generación- está en la última fase de los ensayos de vuelo y se empezará a fabricar en serie "dentro de un par de años", según anunció hoy el jefe de la corporación aeronáutica, Iliá Tarasenko.
Alrededor de treinta países han mostrado interés hacia el nuevo caza, que cuenta con tecnología que lo hace indetectable para los radares y que puede portar hasta siete toneladas de diversos tipos de proyectiles. No es el modelo más avanzado entre los cazas que fabrica Rusia, pero tiene en cambio un precio y unos costos de mantenimiento competitivos.
Lo último en aviación militar rusa es el caza Sukhoi PAK FA, o T-50, que hoy dejó boquiabierto a más de un periodista cuando se detuvo en el aire, dejó pasar al avión que desempeñaba el papel de su rival en un combate aéreo y se puso a la cola de la aeronave enemiga.
"Lo que ha hecho hoy el T-50 no se puede ver en ningún sitio. Cada país quisiera tener un avión como éste, pero sólo nosotros lo tenemos", dijo después de la exhibición el comandante en jefe de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia, el general Viktor Bondarev.