"Historia de la Medicina y la Farmacia en Chile"
Caminar por la calle Tucapel y buscar la Farmacia Maluje con la finalidad de observar y conocer el mural pintado por Julio Escámez, "Historia de la Medicina y la Farmacia en Chile", inaugurado el año 1957, produce desconcierto, primero porque no es posible encontrase con ella, pues esta farmacia ya no existe, hoy es un negocio donde venden hierbas, inciensos y artículos relacionados con eso, con un letrero exterior a baja altura, reduciendo la mirada hacia el interior del edificio, con nombre de signo zodiacal.
Por lo mismo encontrarse con el lugar exacto amerita esfuerzo y tener la dirección exacta, luego en el lugar y con vacilación se ingresa, pues no interesa comprar sino mirar y observar un mural. Después de solicitar o manifestar que el deseo es contemplar la obra, me encuentro a doble altura con un mural, donde el paso del tiempo está cobrando su precio, en sus orillas y rincones la humedad ya descascara la pintura, el color se desvanece, como se desvanece la posibilidad de muchos de observar esta obra.
No me puedo imaginar a un grupo de personas, de niños y jóvenes visitando este mural. ¿Cómo realizar el ejercicio de observación a un grupo de personas en un negocio de venta de inciensos, olores y sahumerios?, Entender la potencia de esta obra y analizar las condiciones de su visualización produce, a lo menos, reflexionar sobre sus causas.
ACORDE AL MURAL
"Historia de la Medicina y la Farmacia en Chile" es un mural cuyo discurso es el relato visual desde las técnicas curativas de nuestro pueblo original hasta la enseñanza desarrollada por aprendizajes farmacéuticos en estructuras educacionales formales, como las dictadas en la Universidad de Concepción.
Además, Escámez incorpora una serie de retratos que nos habla de un contexto cultural, retratos de Nemesio Antúnez, Violeta Parra, Orietta Escámez y otros, que pertenecen al colectivo de personalidades que vigorizaban el repertorio de actores que dignificaban el quehacer intelectual de nuestra región en aquellos tiempos. Mural que está influenciado por el realismo social y con elementos que claramente describen y definen un universo simbólico propio y dinámico.
Este Mural está ubicado en pleno centro de nuestra ciudad, que no sólo tiene importancia por su calidad formal, técnica y conceptual, sino porque a lo anterior se incorpora la fuerza que describe nuestro contexto histórico y social. Obra que está anclada en la historia del arte de Chile. Por lo mismo es incomprensible que una ciudad no repare en este mural, casi perdido a los ojos de la comunidad, una obra de esta magnitud debe ser ofrecida, dispuesta y facilitada para su observación.
A mi parecer, está hoy más dispuesto a morir silenciosamente a merced de las inclemencias del tiempo, del desdén a nuestro patrimonio y al reconocimiento desde la institucionalidad pública o estatal, a de uno de los máximos exponentes de las artes visuales de nuestra región.
Esta obra fue solicitada por la familia Maluje, cuyo esmero dignifica a esta familia, pero su conservación, su permanencia y su activa vinculación con la comunidad pertenece a todos nosotros y este "nosotros" está supuestamente representado por organismos creados para la conservación del patrimonio, cuya acción debe poner atención en este mural, y actuar en busca de una pronta restauración, para después accionar mecanismos de relación con la comunidad, no tan solo la próxima, sino también a toda la chilena.
SENTIDO CURATORIAL
Entiendo el sentido de negocio, pero no cuando existe un mural como el de Escamez,, este debe estar, a esta altura, lejos muy lejos de la decoración de un negocio de venta de objetos varios, sino exhibido correctamente y con sentido curatorial a los ojos de los niños, jóvenes, hombres y mujeres para gozar de la experiencia que da la creación artística y penetrar, o dialogar con una obra representativa de un estilo cuya raíz surge de las consecuencia de nuestra propia acción, como personas en un momento de nuestra historia.
Son muchas las obras de Julio Escamez que han sufrido el cáncer de la ignorancia que ahogaron y destruyeron su creación. Recordar el mural realizado en Chillán, que fuera destruido por la inopia, la barbarie, la falta de tolerancia y la ceguera que da la falta de comprensión a los actos poéticos universales. Mural inaugurado el año 1972 con la presencia del presidente Allende, cuyo argumento creativo se nutre ytransversaliza las problemáticas de nuestra América, desde los procesos sociales mesoamericanos hasta la industrialización. Mural que fue destruido con la llegada de la dictadura.
Otro mural, realizado por Julio Escamez en Lota, donde la valiente ignorancia, nuevamente la ignorancia, accionó sus sangrientas extremidades, que permitió restaurar la obra desde la incapacidad, desde lo desprolijo, que finalmente tiene uno solo fin, el fin de la destrucción.
Julio Escamez muere a los 90 años en Costa Rica, país en el cual se autoexilió después del golpe militar y en el cual desarrolló una amplia actividad artística y académica, donde colaboró y potenció la enseñanza de las artes visuales. País que reconoció con innumerables actos y acciones su aporte. Cuando se revisa la obra de Julio Escamez se entiende porque es un artista que ocupa un lugar másallá de una escena local, Escamez pertenece al listadode los grandes artistas, cuyo legado se nutre por el inmenso amor a los hombres y mujeres de nuestra América, cuya manifestación de esto está graficada en cada una de sus obras. Por lo mismo, por su herencia, debemos cuidar y permitir que su obra permanezca fresca a los ojos de nuestra historia.