Vocación
La palabra vocación proviene del latín "vocatio", que significa "llamado", que será entendido como un llamado a llevar un tipo de vida determinado.
Y en esto nos podemos encontrar con las vocaciones de vida como formar una familia, por ejemplo, o bien las vocaciones profesionales. Precisamente, estas últimas jugarán un rol sumamente importante en el ser humano.
Será por este último tipo de vocación que escogeremos una actividad profesional a desarrollar por, tal vez, cuarenta años de nuestras vidas, de lunes a viernes, por unas ocho o nueve horas cada día.
Será por esta vocación que abandonaremos nuestra casa a diario, a las siete de la mañana, para retornar a ella doce horas más tarde.
Será por esta vocación que postergaremos nuestros hobbies o nuestras reuniones sociales con amigos, entre otras cosas; para cumplir con nuestro deber en alguna empresa u oficina.
Será por ella que dejaremos a nuestros hijos en alguna sala cuna o jardín infantil, para que otras personas cuiden de ellos, ya que nosotros estaremos cumpliendo con nuestra vocación en algún lugar de trabajo.
En definitiva, esta vocación nos mantendrá alejados, casi todo el día, casi toda nuestra existencia, de aquello que más amamos.
Es por eso que descubrir a tiempo aquello que nos entusiasma realizar, aquello que es motivo suficiente para encontrarle un sentido al estar lejos de casa, es radical para nosotros. Porque no contamos con una segunda oportunidad para vivir nuevamente la vida que nos gustaría, pues ésta es ahora. Es ahora cuando, si nos preguntan acerca de nuestra profesión, debemos decir orgullosos que estudiamos aquello que nos llena el alma; que si pudiésemos volver a escoger nuestra carrera, lo haríamos sin titubear un segundo, porque cuando hablamos de nuestra profesión nos emocionamos y nos volvemos a enamorar una y otra vez de ella.
Sólo de esa forma nuestro trabajo tendrá un sentido. Sólo así sentiremos que cada día tiene una justificación suficiente para levantarnos y tratar de ser mejores. Sólo así conseguiremos sentirnos orgullosos de lo que somos, porque entregamos la vida en realizar una actividad con dedicación, esmero y mucha pasión.
Motivemos entonces a nuestros jóvenes, que aún están a tiempo, a que descubran cuáles son sus talentos o potencialidades. De esta forma lucharán por trabajar en ellos; y vivan así, de forma realmente plena su vida, y puedan construir con su trabajo, un mejor país para todos.
Cuidemos su vocación, pues ellos son el futuro de nuestra sociedad.