A una semana de que se confirmara la visita del Papa Francisco a nuestro país y a pocos días de haber realizado una nueva cuenta pública del Arzobispado de Concepción, Fernando Chomali Garib conversó con Diario El Sur para detallar su visión de la visita del Pontífice -que no incluirá a Concepción- y realizar una evaluación de sus seis años al mando de la Iglesia Católica en la Arquidiócesis.
La autoridad eclesiástica también repasó los alcances de la nueva Ley de Inclusión Laboral, la situación del Colegio Madres Domínicas y su anuncio de mantenerse como plantel privado a partir del próximo año.
-No, no ninguna manera. Yo sentía que era bueno hacerla para contar las cosas buenas que estábamos haciendo, pero no, de ninguna manera, no me estoy despidiendo de Concepción. Estoy contento y empeñado en varios proyectos sociales y educativos acá.
LEY DE INCLUSIÓN
-Yo espero que resulte, porque eso significaría que muchas personas con Síndrome de Down y con discapacidad van a poder trabajar, pero no basta solamente eso: hay que generar las condiciones, la conciencia para que ellos trabajen y eso requiere una asesoría profesional importante. Para mí la clave de este proyecto va a estar en que las personas que ingresen a trabajar a estos lugares no sientan que les están dando caridad, sino que se les están haciendo valer sus derechos, pero que al mismo tiempo se les den los trabajos para que exploten sus máximas capacidades.
-Para mí ha sido un descubrimiento ver cómo han encontrado allí un lugar de acogida donde hay cariño y la posibilidad de ducharse con un buen jabón, dormir en sábanas limpias, poder tomarse un café o una sopa con un buen sandwich. Eso es humanidad, pero siento que es nada, es lo mínimo. Ha pasado algo increíble. Ellos mismos (los beneficiados) han decidido cómo organizarse y solos se distribuyen las camas. Hay una solidaridad que me ha llamado la atención y que a mí también me ha hecho muy bien: me doy cuenta de las oportunidades que he tenido y que todavía tengo mucho más para dar".
aporte en Educación
Si bien durante la última cuenta pública confirmó que toda su red de colegios particulares subvencionados pasarán a ser gratuitos el próximo año, descartó que el Instituto Humanidades dejé de ser un establecimiento particular. "Siempre ha sido así y así se va a mantener. Será una opción más para los papás entre tantas otras", dijo.
Y agregó: "Cuando nosotros decidimos pasar nuestros colegios a gratuitos lo hicimos pensando en que sería un gran alivio para las familias. Estamos comprometidos con las personas que tienen más dificultades económicas y estamos desde Cañete hasta Yumbel con colegios que son muy valorados por los vecindarios".
-Depende de muchas cosas. Porque si tienes un colegio donde hay altos sueldos de los profesores y del personal, tienes que pagarles todos los meses y si pasas de una matrícula de un valor a la mitad de ésta, alguien tiene que hacerse cargo de esa diferencia, salvo que los administrativos estén dispuestos a reducir su sueldo, cosa que es bastante difícil.
-Ese colegio se derrumbó completamente con el terremoto y se reconstruyó con muchos préstamos, por lo que es un colegio tremendamente endeudado y alguien tiene que pagar esa deuda.
-Lo ideal sería que el Estado pagara la deuda de ese colegio y evidentemente las hermanas no tendrían ningún problema, me imagino, en pasar a la gratuidad. Es tan simple como eso. En este caso, en mi opinión, si la comunidad quiere que el colegio sea gratuito, le corresponde a quien vela por el bien de todos, que es el Estado, pagar la deuda de la construcción de ese edificio, porque alguien va a tener que pagarlo.
-Nosotros no tuvimos problemas con el terremoto, de hecho, el Estado nos ayudó a construir algunos colegios y por lo tanto nosotros podíamos entrar a la gratuidad, porque no teníamos deudas significativas. Incluso todavía estamos construyendo: hace poco terminamos de levantar una parte del colegio de Chiguayante y tenemos pensados proyectos en otros colegios también. Por eso sería una buena idea que el Estado pague la deuda de las Madres Domínicas y así la carga financiera disminuiría significativamente.