El cantante argentino que tiene bien clara la marca Concepción en su obra
Pasaron los años, cuatro siendo exactos, para que el argentino Andrés Calamaro volviera a al país, para ofrecer tres conciertos en Santiago, Valparaíso y, por supuesto, Concepción
En la capital regional, la presentación de su nuevo disco "Romaphonic sessions" está agendada el próximo 7 de julio. Justo dentro de una semana el músico de 55 años subirá al escenario del Teatro UdeC, a partir de las 21 horas.
"Espero que todo vaya muy bien, pero ya habrá tiempo para sacar conclusiones una vez que hayamos consumado el concierto", apunta el ex de Los Rodríguez (1990-1996), desde Buenos Aires, en la previa del show.
El álbum que ahora lo trae a nuestra ciudad, el número 15, fue grabado con la colaboración del pianista Germán Wiedemer.
"Espero haber elegido un repertorio interesante en su totalidad. Es un pequeño disco de piano y cantante. En los conciertos (acústicos) hay que escucharlo sin el teléfono. La práctica de capturarlo todo es una mala costumbre que distrae a la gente que pagó su entrada y al cantante. Hay que respetar el medio ambiente de un concierto de estas cualidades", dice en relación a la forma de conectarse y escuchar la placa.
- Él es un gran pianista, pero también un arreglador extraordinario. Y muy buena persona. Su aporte es demoledor.
CONCEPCIÓN PRESENTE
"El Salmón", apodo con el que se conoce a Calamaro, realiza una gira llamada "Licencia para cantar". La idea, dice, es repasar las mejores canciones escritas por él, tanto en solitario como su paso por Los Rodríguez.
En este caso, y respetando el formato, lo hace acompañado por Wiedemer en el piano, Antonio Toño Miguel (contrabajo) y Martín Bruhn en batería y percusión. "No es mi primera vez en Concepción. Incluso, menciono a la ciudad en una de mis canciones (la referencia es al tema "Con los dientes apretados). Por lo mismo, mis expectativas apelan a tener buenas sensaciones en el escenario", dice, quien debutó en 1984 con el histórico disco "Hotel Calamaro".
- Mi única "licencia" posible es cantar, quizás tocar una eventual armónica. Cantar afinado e inspirado. No soy en exceso respetuoso de las melodías originales de las canciones (...) Soy un intérprete y considero a la libertad como sabroso ingrediente musical.
- Lo único que hice fue ponerme los auriculares y cantar. Tampoco es poco, ya que estaba acotado por una sonoridad expuesta.
- Este fue grabado en una tarde. Discos míos anteriores fueron grabaciones que duraron meses, fue mucho más arduo aquello. En ese sentido, éste es un disco "accidental".
- Fue algo completamente natural, casi en vivo en el estudio. Ofrecemos conciertos más sofisticados que el disco, con más instrumentos y, también, un repertorio más amplio.
- Exactamente. Sencillamente nos encontramos en una habitación con un teclado y grabamos las canciones. En realidad, estábamos preparando una grabación previa a unos ensayos. Buscábamos un nuevo repertorio para anticipar a dos compañeros en Madrid.
- Buscábamos armar un repertorio para interpretar con un trío de cualidades acústicas y elegimos más tango y canción universal sudamericana. Nos encontramos con un disco y después con una gira que celebra su tercera y cuarta etapa (fue editado el año pasado). También estamos grabando con el trío y publicamos un disco de cuatro canciones para el Record Store Day (el mencionado trabajo viene a ser "Romaphonic sessions IV").
- Nos están dejando sin trabajo. Estas corporaciones van a terminar con todo. También con el noble oficio periodístico. A la larga, sí. El disco era el "equilibrio perfecto", que justificaba el éxito y la excelencia de los ingenieros, músicos y productores.
- Cuando se puede grabamos en el mismo estudio, si hay que grabar y mandar las grabaciones a otra parte, se hace. Este año grabé tres colaboraciones con una gran artista de México y no nos conocemos personalmente.