Balance, reflexión y planificación para hacer frente al futuro. Es la tarea a la que en estos meses se aboca la empresa Arauco tras los incendios del verano pasado, pero que también va más allá de una compañía, puesto que involucra a las comunidades, los recursos como el agua y el país en su conjunto.
"Es el momento de reflexionar respecto de lo que nos sucedió, lo que le sucedió al sector forestal, al país, a la empresa", dice Iván Chamorro, gerente de Asuntos Corporativos de Arauco. "Tenemos que extraer los aprendizajes y las lecciones aprendidas, que indican que ya no es posible volver a lo que había, ya no es suficiente. Hay que ver de qué forma nos adaptaremos a este cambio de escenario, a estas nuevas condiciones meteorológicas de clima, viento y temperaturas". En ese sentido, sostiene que los incendios fueron el reflejo de una crisis muy fuerte, y también sacaron a la luz muchos cuestionamientos de la propia actividad, como la propagación de los incendios en las plantaciones, la relación entre las plantaciones y las ciudades, los cultivos versus el bosque nativo y si bien se habló bastante de los incendios forestales, la mayoría no fueron de bosques, sino de otro tipo de vegetación. Son incendios rurales donde los siniestros de bosques corresponden sólo a una parte.
Y en la reflexión enfatiza que el incendio del verano, uno de los más grandes que han afectado al país y a la compañía, les impactó profundamente, con más de 80 mil hectáreas (ha) afectadas principalmente en Maule y en Ñuble (20%) y 20 mil ha. de bosque nativo, respecto del que Arauco tiene un compromiso de conservación de 300 mil ha. y en este incendio se afectaron 15 mil ha de bosque nativo. También se hace cargo de la conservación de 63 mil ha. de Áreas de Alto Valor de Conservación (Aavc), que son zonas que tienen una riqueza especial de flora y fauna, ya sea porque tiene especies en peligro de extinción u otras y se conservan con planes especiales. De esas Aavc se afectaron seis, con unas 2 mil ha., principalmente en la Región del Maule y algo en Ñuble.
"Todo esto motiva a pensar y a trabajar para ver cómo salir de esta situación de una forma más positiva, qué adaptaciones tenemos que hacer hacia este nuevo entorno, ver cómo transformamos esta crisis en una oportunidad para nosotros y para la sociedad a las cuales estamos muy ligados", afirma el ejecutivo.
Para eso la compañía ya inició un proceso sistemático, que no tiene plazos fijos puesto que es un proceso permanente a través de un proyecto denominado "De raíz: renovación forestal", que de acuerdo con Iván Chamorro, busca justamente abordar los problemas desde la raíz y renovarse para mirar hacia adelante.
El proyecto abordará cuatro ámbitos fundamentales de los principales desafíos que tiene el sector forestal y que se describen a continuación.