No vivamos en piloto automático
Quiero invitar a una acción sencilla: detenerse, prestar atención y estar conscientes del momento presente con aceptación. Esto que conocemos hoy como atención plena o "Mindfulness" parece no ser algo complejo. De hecho, es una práctica milenaria que siempre ha estado junto al ser humano, pero no muy habitual por estos días ya que vivimos en un estado conocido como el "piloto automático".
En este estado, en que muchos se sienten identificados, estamos constantemente rumiando nuestros pensamientos mientras nuestro cuerpo está haciendo otras cosas. Estamos cocinando, comiendo e incluso conversando con otras personas, pero nuestra mente está en otro lugar y en otro tiempo, futuro o pasado. A esto se agrega que estamos sumamente estresados, en una vorágine de tareas por cumplir que nos hace difícil detenernos, encontrarnos y disfrutar, con consecuencias muy negativas para la salud mental y el bienestar.
Primero, nos perdemos de momentos agradables por estar en otro lado, y segundo, tendemos a añadir una cuota de sufrimiento, preocupaciones y malestar por aquello. ¿No les pasa que a veces anticipamos escenarios y lo pasamos mal por lo que va a ocurrir en cierta reunión o conversación, pero no pasa nada? ¿O que nos quedamos pegados con hechos pasados que no podemos cambiar, con culpa, frustración o insatisfacción?
Por eso, vuelvo a la atención plena. Una invitación a detenernos, respirar, y darnos cuenta de nuestro presente, de nuestras emociones, de nuestras necesidades y de cómo nos estamos tratando a nosotros mismos. Somos como un faro que alumbra siempre hacia el exterior, en este caso a nuestros múltiples quehaceres y deberes, pero podemos girar el foco y alumbrarnos a nosotros mismos, y darnos cuenta de que estamos cansados, que no nos hemos alimentado bien o que estamos muy tristes y necesitamos ayuda. O bien, que estamos mucho más felices de lo que creemos y que el dolor que pensábamos que ocupaba toda nuestra vida, no está siempre.
Si la pregunta es cómo iniciar, hay que recalcar que la atención plena es una capacidad innata en el ser humano. Si revisamos nuestra vida, todos hemos experimentado el "estar presentes" en algún momento: cuando nace un hijo, cuando estamos de viaje, cuando estamos en medio de la naturaleza. Pero nuestros hábitos nos hacen estar presentes y volver a sumergirnos en la vorágine, en tanto que la práctica nos ayuda a que estos momentos de atención plena sean más frecuentes y prolongados, entrenando la habilidad que ya poseemos. Y no tenemos que hacerlo solos, lo ideal es buscar un grupo de ayuda y apoyo en el entrenamiento diario.
Por eso el "Mindfulness" cobra relevancia hoy, ya que es una práctica radical de detenerse y de no seguir haciendo más de lo mismo, viviendo un punto crítico respecto a nuestra salud, con prácticas muy nocivas donde no nos cuidamos ni cuidamos nuestro entorno. Probablemente, si vivimos con nuestra atención hacia afuera, notaremos cosas no muy agradables. Pero cualquier decisión que se tome, en beneficio propio y de los demás, parte por darse cuenta y por aquella consciencia que emerge al practicar la atención plena, siendo el primer paso para hacernos cargo. Cuando uno se detiene y toma consciencia, los cambios vienen por añadidura.