"Vinos de Valle del Itata son una novedad para el mundo"
Gratamente impresionado quedó el sommelier colombiano José Rafael Arango, quien estuvo esta semana en Concepción conociendo los vinos del Valle del Itata, que cada día están ganando mayor notoriedad y en especial porque forman parte del proyecto "Abordaje Colombia", iniciativa asociativa ejecutada por Asexma Biobío con el apoyo de ProChile y el Comité de Desarrollo Productivo Biobío.
El experto, luego de saborear los vinos, les comentó a los productores que encontrarse con nuevas uvas y alternativas para el mundo es notable. "Hablar de una cepa País, Cinsault o de Moscatel de Alejandría chileno es una novedad para el mundo. Creo que es la nueva cara de Chile, es la reinvención del vino chileno y estimo que internacionalmente puede ser un gran éxito", estimó.
Ante este escenario, dijo que comparte la frase de Miguel Torres acerca de que los vinos nacionales son de los mejores del mundo, junto con creer que los terroir de esta parte del mundo son también de los más destacados a nivel planetario.
FONDO IMPECABLE
Consideró que lo que está ocurriendo, tal como se lo hizo ver a los productores de la Región, es que ahora se trata de un tema de forma, porque de fondo la calidad es impecable. Quizás cambiando las etiquetas, hacerlo más internacional se podría tener un éxito mayor. A modo de ejemplo, le encantó el concepto de aplicar música al vino que elabora Viñas Inéditas, la idea del enólogo chileno Juan José Ledesma iniciado en 2008 con cepajes como cabernet Sauvignon, Cinsault y Carignan.
"Es el valor agregado. Algo vi en España con canto gregoriano, pero es genial este vino que se fabrica con música compuesta por su enólogo, es extraordinario", estimó.
Sobre el abordaje de este producto a Colombia, Arango, quien es abogado de la Universidad de los Andes y sommelier profesional de la Asociación de Sommelier de Chile, aseguró que en su país se quiere mucho el vino chileno, tanto así que abarca el 50% del mercado. Por ende, piensa que este tipo de iniciativas van a reactivar la posición chilena en tierras cafeteras, que hace unos años tenía el 80%.
La pérdida de ese 30% se debió a la irrupción argentina, que hace buen vino, pero el también director del Diplomado Sommelier Profesional de la Universidad Externado de Colombia considera que no tiene la capacidad de reinvención de Chile, que siempre está mostrando variedad. Cada terroir chileno hace algo distinto, como Limarí o Calama, un extremo que no pensaba que se podía dar.
Por ende cae de cajón preguntar ¿qué se puede hacer para recuperar ese alto porcentaje o recuperar el terreno perdido? El profesional sostuvo que lo que se está haciendo está bien y se debe seguir trabajando en calidad, diversidad y enamorar desde el cliente más especializado hasta el más básico.
La tendencia colombiana hacia lo gourmet se explica, según el experto, a que hay generaciones que salieron del país y regresaron con otras costumbres y empapadas de otras culturas. En eso, el vino entró muy fuerte en el mercado, incluso en Bogotá, la capital, el ambiente gourmet se asemeja a Lima, Ciudad de México o Sao Paulo.
"Entonces al entrar esta moda de los buenos restaurantes el vino viene detrás. Y también hay un corriente de sommelería muy importante que está buscando novedades para el cliente e Itata se puede mostrar con cosas interesantes, vibrantes, desde el vino natural hasta los clásicos. Hay un abanico por descubrir", recalcó.
Otro punto importante es que reconoció que su país no es un buen productor de vino, pues como es trópico no se da, aunque tiene una ventaja por su ubicación geográfica. Así, llegan vinos de todas partes del mundo y la sommelería tiene la ventaja de probar muchas opciones, cosa que un país productor no hace porque se centra en lo propio.
OTRO MUNDO
Por eso, Arango dijo que en su tierra se conoce Maipo o Rapel de Chile, pero esto (Valle del Itata) es como descubrir otro país, otro mundo.
También, señaló que entre ambos países hay un acercamiento muy especial, tiene muchas cosas en común, como el origen de su Código Civil, la policía se viste igual y el bogotano, al no ser caribeño, se parece mucho al chileno, lo cual no quita que se pueda llegar con productos a otras zonas como Cali o Medellín, pese a que el consumo de vino es menor. Solo en la capital colombiana se da el 70% de la preferencia por este licor, pero tiene 7 millones de habitantes.
A esto se suma que el vino dejó de estar relacionado con el bebedor tradicional, ahora está enfocado a lo gourmet, cultural, estatus, el que toma vino se le considera una persona educada y así sucede en Colombia, donde el producto chileno no ha perdido su lugar, al contrario, está ganando el terreno perdido.