Daños a la voz: aprenda a cuidarla
El recién pasado 16 de abril se conmemoró el "Día Mundial de la Voz", con el objetivo de difundir y concientizar acerca de las acciones que pueden dañarla y a la vez aprender a cuidarla.
Debido a que es uno de los principales medios para comunicarnos es que cabe preguntarse, ¿qué es lo que realmente daña la voz? Existen muchos mitos, que se han transmitido de manera oral o por internet, sin saber realmente si son ciertos. El problema es que muchos consejos o creencias no tienen ninguna base científica.
Se suele escuchar y leer comentarios como: "no se debe comer carne, menos aún con grasa, ya que estos componentes se pegan a las cuerdas vocales e impiden poco a poco su movimiento, lo que se traduce en una pérdida de la voz" o "se debe evitar los dulces, ya que el azúcar de estos se pega en las cuerdas vocales, generando heridas" o que "el gas de las bebidas queda atrapado bajo las cuerdas vocales, lo que genera heridas y daños".
En general, todas estas expresiones son falsas. La razón es que la vía digestiva no pasa por la laringe ni cuerdas vocales, por lo tanto, los alimentos no llegarán a éstas, a menos que se tenga una patología de la deglución.
Lo mismo ocurre con el consumo de miel, limón y algunos medicamentos como analgésicos. Si bien estos pueden ayudar a que nuestro cuerpo mejore su salud en general, no llegan directamente a las cuerdas vocales.
Entonces, ¿qué podríamos realizar para beneficiar efectivamente la salud de nuestra laringe? Por un lado, evitar todo alimento o elemento que pueda deshidratarla, como el cigarro, el alcohol y lo que pueda incrementar el riesgo de irritación como el café.
Además, se han demostrado científicamente los efectos positivos que tiene la hidratación en el proceso vibratorio de la cuerda vocal. Así que beber mucha agua de manera regular, o realizar vaporizaciones (inhalar el vapor de agua hervida con una pisca de sal), son conductas que favorecerán una mejor salud de la voz.
Todo lo anterior, debe ir supervisado por un otorrinolaringólogo y un fonoaudiólogo, quienes son los profesionales responsables de evaluar y enseñar una técnica correcta.