Masvida: trabajadores expresan incertidumbre debido a venta
Molestos y a la vez en total incertidumbre. Así se encuentran los trabajadores de Isapre Masvida (IMV), que pasará a manos de Nexus Partners, porque en todo este tiempo se ha hablado de los afiliados, de los prestadores o acreedores de la empresa, pero nunca de los funcionarios.
De esta forma lo hicieron ver a este medio un grupo de colaboradores de IMV, que ayer se decidieron en dar conocer su situación, luego de que por la mañana se reunieran con Jaime Pérez, gerente de Recursos Humanos de al compañía.
Pese que desde un principio Óptima, la isapre adquirida por Nexus, afirmó que asumirá toda la red de sucursales que actualmente tiene Masvida, junto con contratar a los trabajadores de MV, reconociendo su antigüedad y, con ello, sus indemnizaciones por años de servicio que suman cerca de $15.000 millones, los trabajadores aseguran que de todo esto se han enterado por la prensa y que hasta la fecha no han sabido nada.
Rodrigo Muñoz, ingeniero en Administración de Empresas y funcionario de IMV, contó que la idea de reunirse con el jefe RR.HH. fue para saber las condiciones en las cuales quedarían para trabajar con la nueva organización que ingresa como controladora, en este caso, Nexus, pero "no hay una información clara, todo se lo derivó a Robert Rivas (administrador provisional)".
Para tener alguna información, Priscila Chávez, también trabajadora de la empresa con casi 14 años en la institución, afirmó que pidieron una cita con el interventor, pues tienen muchas dudas sobre lo que pueda pasar en el futuro, pero la verdad "es que Jaime Pérez nunca se ha acercado a nosotros para saber qué pasa con los trabajadores. Tenemos un daño psicológico inmenso. Nos sentimos muy mal como personas, nos han pasado a llevar".
Es tal el grado malo de comunicación que aseguró que todo lo que han sabido es a través de la prensa. "Es lamentable decir que no existe RR.HH. Hay compañeros que están con licencia psiquiátrica, con tratamiento, pero aún así seguimos acá porque queremos nuestro trabajo, pero deseamos que alguien nos diga algo. Estamos con un descontento inmenso", hizo ver.
Chávez sostuvo que recibieron un correo eléctrico de Robert Rivas, que señala que prácticamente la totalidad de los trabajadores pasaría a Nexus bajo las mismas condiciones, pero la palabra "prácticamente", les hace creer que no serán todos.
Lo que más les duele es que aseguran que nunca ha habido preocupación por los trabajadores, pues se ha hablado de las empresas relacionadas y de otras materias, pero "del motor de la empresa nada".
Diego Matamala, de tesorería, dijo que cuando estaba Claudio Santander y los otros ejecutivos la situación era "del terror. Antes la gente no hablaba y nunca se ha formado un sindicato, porque los despiden a todos. En el 2009 echaron a unas 15 personas".
Por eso reconocen que desde que Santander dejó el directorio han estado un poco más tranquilos, pero se les han cortado beneficios. Muñoz aseguró que se suspendió la ayuda psiquiátrica y psicológica que existía, al igual que los ejercicios de pausa y lo mismo pasó con las horas extra. "Estamos con millones de auditorías, porque llegan muchas empresas, y nadie se preocupa de eso", añadió Matamala.
Priscila Chávez admitió que de parte de la Superintendencia de Salud y de Robert Rivas han recibido un gran apoyo, "Recibimos respaldo de gente externa, pero no de la empresa".
Destacaron que las encuestas Istas 21 han salido las cinco dimensiones dañadas, que se refieren a aspectos de salud mental.
JORNADA DEL LUNES
Tras terminar su jornada, esta vez con las puertas celadas por un guardia que los dejaba salir casi de a uno, algunos manifestaron su malestar con la empresa y coincidieron en que todo o que sabían era a través de la prensa.
Rodrigo Muñoz afirmó que tienen "bastantes inquietudes por hechos que por mucho tiempo han pasado en la isapre, por lo tanto creemos que debieron haber empezado por casa a considerarlo".
"Somos 1.500 personas y el estrés que se vive dentro es tremendo y de eso nadie tampoco se ha preocupado", agrega Matamala, quien trabaja a nivel nacional con todas las agencias. "Yo sé lo que ellos viven día a día. Hay poca preocupación de parte de Masvida, de los gerentes que están actualmente. Ellos quieren hacer parecer que todo lo que está ocurriendo es normal como si nada estuviera pasando y eso es lo que provoca el mayor descontento y el desánimo que hay dentro de la empresa".
Pero más dramático fue el testimonio de Priscila Chávez, funcionaria de la entidad de salud hace más de una década. "Acá todos estamos con estrés. Yo llevo más de 15 años en la isapre y la empresa jamás se ha preocupado de nosotros. Todos los trabajadores estamos viviendo el mismo problema. Algunos estamos con licencias siquiátricas, pero no la hemos podido tomar porque estamos comprometidos con nuestro trabajo. Nosotros somos una familia Masvida y así lo vivimos entre compañeros, pero no percibimos lo mismo de parte de nuestras jefaturas hacia nosotros. No existe. En esta empresa no hay un sicólogo laboral, acá necesitamos ayuda, estamos todos mal", describió entre lágrimas.
"En lo personal quisiera saber qué tendré que hacer con mis hijos, ¿los saco del colegio?, ¡no me alcanza para comprar el supermercado, todo ese tipo de cosas! Todos estamos sicológicamente mal".
Reconoció que la empresa siempre ha pagado sus sueldos al día, pero como trabajadores están totalmente a la deriva. Nosotros, dijo Priscila, queremos un compromiso de ellos (la empresa) que sepan que están trabajando con un capital humano muy valioso y comprometido con la empresa. Si nosotros no nos vamos es porque nos gusta nuestro trabajo y estamos por amor a eso, porque en relación a lo que ganamos es burlesco.
A modo de ejemplo, Rodrigo Muñoz, confesó que como ingeniero gana $350 mil mensuales, "una desproporción brutal en relación lo que ganaba un gerente que se fueron con indemnizaciones aseguradas e impresionantes por varios miles de pesos más. Eso no nos gusta".
Los trabajadores insisten en su situación de "desprotección", toda vez que nunca han tenido un sindicato que vele por sus intereses y no tienen esperanzas de constituir uno en medio de la fase más crítica del proceso.