Los planos de relajación son la mejor opción para el bruxismo
Muchas situaciones estresantes pueden detonar en diversos tipos de somatizaciones corporales. El colon irritable, insomnio, las jaquecas y el bruxismo son claros ejemplos de esto, siendo este último una anomalía bastante común entre las personas.
El bruxismo consiste en el rechinamiento de los dientes de manera involuntaria. Alejandra Jerez, psicóloga y académica de la Facultad de Medicina de la Universidad Católica de la Santísima Concepción, explicó que este hábito posee un origen multifactorial entre elementos genéticos y ambientales, de los que se pueden mencionar las causas emocionales como la ansiedad, miedo, frustración y el aumento del nivel de estrés emocional.
"Se ve, por lo tanto, sobrepasada la capacidad de adaptación fisiológica de la persona, pudiendo aumentar la actividad contráctil de los músculos de la masticación sumado a la interferencia de la oclusión, que favorece el apretamiento y fricción de los dientes", detalló.
Según planteó Jerez, el estrés puede ser entendido como una respuesta física y psicológica ante situaciones del medio ambiente, que la persona puede percibir como amenazantes, por lo que necesitará un proceso de adaptación o cambio, que en ocasiones puede sobrepasar las capacidades propias de la persona.
"En la medida que el estrés emocional aumenta, la actividad muscular será mayor y más severos sus efectos; destacándose la importancia del diagnóstico temprano y un manejo preventivo para evitar el deterioro del estado de salud bucal, maxilar y facial", comentó.
LOS DOS TIPOS DE BRUXISMO
La especialista apuntó que apretar los dientes puede darse durante el día como en la noche, mientras las personas duermen. Por esta misma razón, es que el bruxismo se separa en dos tipos: el de vigilia y el nocturno. "El bruxismo de vigilia se manifiesta principalmente por el aprietamiento dentario por una actividad semiconsciente", especificó.
Pero, por el otro lado, el bruxismo nocturno está asociado con micro despertares, con manifestaciones musculares que inducen al rechinamiento dental, afirmó.
Jerez, fue clara al destacar que ambos tipos pueden desarrollarse por dificultades de adaptación ante cambios en las rutinas de vida, características personales, como un alto sentido de responsabilidad, autoexigencia o dificultad para afrontar las frustraciones.
Para disminuir los efectos negativos del estrés que cobra a la mandíbula como víctimas, la psicóloga recomendó desarrollar emociones que influyan en el bienestar y la salud de las personas. "La resiliencia, capacidad para sobreponerse a la adversidad, mantener buenas relaciones, pensar positivo y ser optimista son claves para evitar situaciones ansiosas y estresantes", subrayó.
SIGNOS PARA DETECTARLO
Elena Chávez, laboratorista dental, describió algunos de los síntomas para poder saber cuándo se está desarrollando un caso de bruxismo.
"Esta somatización de estrés produce grandes dolores de cabeza, también conocidos como 'cefaleas', además de dolor muscular de la mandíbula, trastornos del sueño y molestias durante la masticación", afirmó.
Es por lo anterior que la especialista recalcó que es importante que cuando alguien presente alguno de los síntomas mencionados, acudan a un odontólogo para una revisión y se realice el diagnóstico correspondiente. "La idea es poder prevenir consecuencias para la salud bucal y evitar mayores problemas en las mandíbulas y las articulaciones de la boca", aseguró.
Chávez, recomendó que en el caso de padecer uno de los tipos de bruxismo, las personas pueden optar a un 'plano de relajación' coloquialmente conocido como placa, que evita que los dientes generen fricción entre sí y minimizar algunos de los síntomas. Este tratamiento es personalizado, es decir, se saca un molde de la dentadura de la persona para poder crear la placa y que ésta quede perfectamente calzada con la mordida de quien padece bruxismo.
"Los planos de relajación protegen los dientes, porque al friccionar entre ellos, se pueden producir fracturas; y por otro lado, también este tratamiento logra relajar la musculatura mandibular. Son la mejor opción y la menos invasiva", explicó.
Finalmente, el bruxismo también puede terminar generando dolores cervicales, tomando en cuenta que las articulaciones de la cara y el cuello están prácticamente conectadas entre sí, y la sensación de limitación de la apertura de la mandíbula.
"Es bueno tener en cuenta que como el bruxismo es causa del estrés, hay que partir por un tratamiento emocional", finalizó.